Hace poco he tenido que enfrentarme a lo peor de la vida... la muerte de un ser querido.
Es la segunda vez este año que mi familia se la encuentra cara a cara y en esta ocasión, ha ganado ella.
En enero mi padre tuvo meningitis, y después de estar en coma dos semanas e ingresado más de un mes, logró salir adelante y poco a poco se rehabilita.
Sin embargo este fin de semana... mi madre perdió a su pareja, su novio que con 34 años murió al esquivar a un hombre que cruzaba la mediana.
No puedo explicar lo que siento, porque el dolor es algo que a cada uno le consume de distinta manera, y porque no es necesario, tarde o temprano lo terminarás descubriendo por ti mismo. Por más que intentes evitarlo, habrá una noticia que te desgarrará el corazón.
Nunca estarás preparado, aunque con el tiempo aprenderás a vivir con el dolor, con la pena y con la angustia de no saber quien será el próximo.
Pero vivir con miedo, o vivir con tristeza, aunque es en cierta medida imposible, es una deshonra para los que ya no están, que intentaron hacernos felices en vida y en muerte ven como desaprovechamos nuestra vida entre lágrimas y angustias.
Nos enfadamos por tonterias y somos infelices por banalidades (este foro está lleno de ejemplos) y cuando llega el final, te da cuenta de que es demasiado tarde para lo importante.
Algunos ya se han dado cuenta, otros todavía no, la pena es que la mayoría no somos conscientes hasta que la muerte nos sorprende llevándose de nuestras vidas aquella persona que nos hace felices y que menos se lo merece, por desgracia esta leccion la recibimos todos, antes o después.
Más allá de las lágrimas, espero que esto haga reflexionar a más de uno, para aprovechar la vida y darle a las cosas el valor que se tienen.
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Nerea