A través del diario
The Intercept y con la colaboración de Edward Snowden y el prestigioso periodista británico Duncan Campbell, se han dado todos los detalles del primer programa de vigilancia masiva de la historia. Su nombre es Echelon, comenzó hace casi 50 años y de hecho ya os hablamos de él hace
bastante tiempo.
Y es que antes de que los gobiernos estuvieran espiando a través de cámaras webs o de que las agencias de espionaje llevaran un seguimiento con GPS y analizarán metadatos en la red, existía un programa llamado Echelon auspiciado por la NSA de Estados Unidos y el servicio de inteligencia GCHQ del Reino Unido.
The Intercept cuenta a través de Campbell cómo los materiales de la NSA filtrados por Snowden demostrarían que el programa fue creado en 1966, hace 49 años. Un sistema, el primero en la historia, que vigilaba las comunicaciones por satélite. De ahí la fecha en la que se inició, justo un año después de que los primeros satélites de comunicación se lanzarán a la órbita terrestre.
Para la creación de este sistema de espionaje se le asignó a la red el nombre de “Frosting”, que a su vez consistía en dos subprogramas: Transient (para las comunicaciones por satélite de la Unión Soviética) y Echelon (para satélites occidentales). Según Duncan Campbell, quien habría dado parte de la existencia de Echelon desde 1988 a través de una excontratista de la NSA, toda la red de vigilancia pasó a fusionarse en el programa Fornsat con el tiempo, el mismo que habría sido revelado actualmente por Snowden.
En cualquier caso, nos encontramos probablemente ante la primera red de vigilancia masiva sofisticada y automatizada de la historia. Un sistema por el que Estados Unidos y Reino Unido tenían la capacidad de realizar un seguimiento de los “enemigos” o aliados tanto dentro como fuera de sus territorios. Según Campbell:
Desde el comienzo, mis investigaciones revelaron un alcance inimaginable de la vigilancia gubernamental, connivencia y encubrimiento por los gobiernos británico y estadounidense. La escala de la operación que describía me dejó sin aliento (esto fue en 1988). La NSA y sus socios se las habían arreglado para que todo lo que comunicamos pudiera ser potencialmente analizado.
Es decir, Echelon fue durante años un servicio de espionaje por el que a través de las antenas de radio se interceptaban las transmisiones por satélite o telegrafía que contenían las comunicaciones de millones de personas. Luego, el programa hacía uso de avanzados sistemas de la época en busca de palabras claves y frases que ofrecieran información relevante.
Según explica Campbell en el artículo, hoy Echelon aún está activo y funciona teniendo el control del 90% de las comunicaciones a nivel mundial. Lo hace a través de 120 estaciones fijas y satélites geoestacionarios.