Cuando hablamos de la falta de chips solemos pensar en compañías como TSMC, la empresa de fundición de semiconductores más grande del mundo por cuyas puertas salen las obleas de silicio que terminarán dando vida a procesadores, tarjetas gráficas y consolas. Sin embargo, en la construcción de una PS5, Xbox Series o Switch participan muchos otros actores como Toshiba, cuya previsión es que la actual situación se prolongue hasta finales de 2022.
“El suministro de chips continuará siendo muy escaso hasta al menos septiembre del próximo año”, dice Takeshi Kamebuchi, uno de los directores de Toshiba, a
Bloomberg. “En algunos casos, es posible que los clientes que no estén completamente abastecidos hasta 2023”. ¿Qué fabrica Toshiba? La compañía se encarga del chip regulador de potencia, una pieza que no requiere de ningún tipo de tecnología avanzada para su concepción. Sin embargo, es un producto básico y la demanda es tan alta que no es posible cubrirla.
En la fabricación de una consola intervienen muchos fabricantes y para que el suministro de PlayStation 5, Xbox Series y Nintendo Switch pueda casar con la demanda hace falta que todos se pongan al día, desde TSMC, que usa tecnología punta para fabricar procesadores, hasta Toshiba con su chip regulador de potencia, una pieza económica y básica pero sin la cual no funciona una consola. TSMC, que tiene como clientes a AMD, Nvidia, Apple y Qualcomm, dijo el pasado abril que la falta de chips podría
extenderse hasta 2022.
“Los fabricantes de consolas se encuentran entre los clientes que presentan las demandas más fuertes y lamento sinceramente su frustración, ya que ninguno de ellos está satisfecho al 100 %”, dice Kamebuchi. Hace unas semanas
Sony dijo que la compañía tenía los componentes necesarios para cumplir con su objetivo de vender 14,8 millones de PS5 durante el actual año fiscal. Por su parte, Nintendo tiene que hacer frente a la demanda de
Switch OLED y espera colocar 25,5 millones de consolas durante el ejercicio 2021/22.
La escasez de chips no solo afecta a las consolas. Los fabricantes de automóviles se las ven y se las desean para mantener sus plantas abiertas. La próxima semana
Seat parará (de nuevo) dos días sus instalaciones en Martorell, la planta de
Opel en Figueruelas ha anunciado nuevos paros tres días después de reanudar la producción, mientras que
Mercedes-Benz Vitoria se detendrá una vez más la próxima semana. En Estados Unidos,
GM y Ford anunciaron ayer la suspensión de la actividad en varias de sus fábricas.