Trapt!!

Trapt es una formación afincada en Los Angeles, California, y cuyo origen se remonta al año 1997. Con dos trabajos anteriores editados de forma independiente, 'Amalgamation' de 1998 y 'Glimpse' de 2000, el grupo llegó a atraer el interés de diversas multinacionales, llegando a estar bajo contrato durante unas semanas en Immortal. Sin embargo, esa unión se rompió y el grupo acabó fichando por Warner, sello que edita de esta manera su debut a escala mundial. En él, la banda ha edulcorado un tanto su propuesta anterior, facturando ahora una música apta para el consumo masivo y que se puede situar en algún lugar entre Alien Ant Farm y Nickelback. Aún así, siempre hay algún elemento en sus canciones que evita que caigan en la comercialidad más banal, lo que supone un ligero aliciente para escuchar al grupo.
El vocalista/guitarrista Chris Brown muestra su repertorio de voces claras y brillantes, que se mantienen prácticamente todo el rato en el lado limpio y claro. A pesar de ello es capaz de transmitir un cierto sentido de urgencia e incluso de melancolía. En algún momento llega a desgarrar la voz, pero esto no es más que un recurso ocasional. El guitarrista Simon Ormandy lleva a cabo una labor con predilección por los pasajes ligeros y cristalinos, siempre con el apoyo de Brown. Los riffs son escasos y en su lugar ambos prefieren crear texturas menos contundentes, creando espacios diáfanos para ser aprovechados por el resto de instrumentos. Aquí es donde entra el bajista Peter Charell, que se distingue sobre el resto de sus compañeros con un estilo pleno de colorido y viveza y a través del cual logra crear bonitas construcciones junto a las guitarras o la voz. Por último, el batería Aaron Montgomery se decanta por un estilo ligero y delicado, en el que se priman los detalles como el uso de maracas y algún adorno percusivo sobre la pegada dura. La producción de GGGarth Richardson (Rage Against The Machine, Chevelle) es algo sorprendente para lo que se supone que es su estilo habitual, ya que en esta ocasión el sonido es más orgánico y seco aunque tampoco hay nada que objetar en este apartado.
Dos de los temas incluidos en el álbum son nuevas versiones de canciones de 'Glimpse'. El primero de ellos es 'Hollowman', donde las melodías fluyen con facilidad y el final da un nuevo giro a la canción, mientras que el segundo es 'Enigma', un corte de tinte más trágico. Ambos están entre los más destacables del álbum, y esto viene a poner un tanto en tela de juicio las composiciones más recientes de la banda. Y es que demasiados temas no consiguen pasar de meramente correctos. Es cierto, al nivel de composición de la banda no se le puede objetar gran cosa, pero en muchas ocasiones da la sensación de haber oido algo similar con anterioridad. Es el caso de 'Made Of Glass', de 'When All Is Said And Done' o de 'Still Frame'. Lo que salva al grupo es que en última instancia siempre es capaz de añadir algo que escapa de lo mil y una vez escuchado. Así, canciones como 'These Walls' incluyen instrumentos adicionales enriquecedores y 'The Echo' puede mostrar una base instrumental sólida, rescatando así unos temas que de otra forma caerían de inmediato en el olvido. No todo son reproches, sin embargo. Canciones como la pegadiza y sugestiva 'Echo', la delicada 'Stories' o 'New Beginning', donde el grupo se permite más libertades, atestiguan que la banda tiene un potencial innegable, algo que se refleja con toda claridad en 'Headstrong', el corte más agresivo pero a la vez más llamativo del disco. Hay que lamentar que Trapt hayan escogido un camino que se tuerce por momentos hacia lo comercial, porque por debajo existe una banda con ideas que intentan encontrar salida de alguna manera. De esta forma, el grupo ha presentado un disco que probablemente le supondrá un razonable éxito comercial, aunque no se puede borrar la impresión de que se ha traicionado a si mismo para lograrlo.