Bueno, hace 2 dias hizo 4 años de la muerte de mi abuelo, llevo 4 años echandole de menos ya que para mi fue mas que un padre, fue un mentor y un ejemplo a seguir.
Ceferino Cebrian se llamaba, nacio en un pueblo de Cuenca llamado La Ventosa, se crio en el seno de una familia humilde y a la edad de 6 años entro a trabajar de aprendiz en una forja (de las de hoguera, martillo y yunque), cuando cumplio 11 años se fue a trabajar a un taller en Cuenca, donde sumo a sus conocimientos de la forja los de cerrajeria y forja artistica, cuando cumplio 18 años intento ingresar en el ejercito para tener algo mas de dinero para aportar en casa, lamentablemente debido a una sordera de nacimiento le declararon no apto, asi que cogio su maleta y se fue a madrid a probar suerte.
Una vez en Madrid entro a trabajar en los talleres de la empresa alemana Claas, paralelamente a eso, se desarrollaba la historia que acabo siendo su gran amor, mi abuela: se conocieron por carta, el cartero equivoco la direccion y le entrego una carta de mi abuela a mi abuelo; este, sin darse cuenta la abrio y la leyo, al ver que no iba dirigida a el, rapidamente dejo de leerla y la remitio al emisario, dias mas tarde obtenia respuesta de mi abuela agradeciendoselo, asi comenzaron a cartearse, no se exactamente cuando ni donde se conocieron en persona, pero se que se querian el uno al otro mas que a nada en esta vida.
Volvemos a Madrid, a la edad de 23 años (creo recordar) mi abuelo contrae matrimonio con mi abuela y se van a vivir a una casita en lo que hoy es el barrio de Prosperidad, alli nacen y viven mi madre y mi tio.
En 1978 naci yo, dando por saco desde el primer dia y convirtiendome en el ojito derecho de mi abuelo; mi abuelo siempre fue un hombre serio, recio, de los de antes, decia las cosas una vez y se hacian, por cojones... salvo conmigo.
Fui creciendo y pasando largas temporadas en la casa que tenemos en Moncalvillo de Huete (en la provincia de Cuenca); en esa casa he aprendido todo lo que me ha sido util en la vida.
Mi abuelo me enseño a leer, escribir, sumar y restar en los veranos que pasaba con ellos alli, me enseño a montar en bicicleta, pero no con ruedines, si no a base de caerme y seguir intentandolo, asi me enseño lo que es el teson; me enseño a distinguir una golondrina de un vencejo por la forma del nido y el vuelo, me enseño a construir tirachinas, a cazar conejos con lazo, me enseño a arreglar una bicicleta fuera cual fuese lo que se habia roto, me enseño a montar un motor de motocicleta, me enseño a buscar agua en el campo, me enseño que plantas son comestibles, cuales curan algunas dolencias, cuales son malas y cuales no hay ni que acercarse, me enseño a guiarme por las estrellas, me enseño cosas que en colegio consideraban inutiles, me enseño la belleza de las tormentas, me enseño la sabiduria del campo (de ahi todos mis refranes pueblerinos).
Ahora con 28 años, ya sin el, quiero darle las gracias, gracias por criarme, por cuidarme, enseñarme y guiarme, gracias por evitar que esta bala se perdiera y gracias por enseñarme que siempre hay que tener un pie en la tierra.
Gracias abuelo, sin ti, ahora no seria nada.
Te lo debo todo.