Un joven residente en Nueva York que fue acusado de piratería por la industria musical acaba de demandar a varias empresas por difamación, violación de las leyes del copyright, conspiración para estafar a los juzgados y realización de amenazas de extorsión. Ahí es nada.
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Los documentos responden a la demanda que cinco sellos musicales realizaron contra Robert Santangelo, que tenía 11 años cuando se supone que pirateó la música. Pero el chico ha contraatacado, negando que haya utilizado servicios P2P para conseguir música y que afirmando que es imposible que estas discográficas puedan demostrar que lo hizo.
Robert Santangelo y su abogado, Jordan Glass, han interpuesto 32 documentos para su defensa contra los cargos de la industria. Entre ellos destaca el hecho de que toda la música que se supone que había pirateado ya la tenía en su biblioteca musical de CDs comprados legalmente.
Han pedido un juicio y han registrado una contrademanda frente a las empresas musicales por los cargos de dañar la reputación de este joven, distrayéndole del colegio y hacerle pagar los costes legales del proceso. Las discográficas se han enzarzado en una conspiración de amplio alcance para tratar de forzar la decisión de los juzgados de los EEUU, según los documentos de Santangelo. La competencia de estos sellos son como una 'mafia' que actúa al unísono violando las leyes antimonopolio al tratar los casos de piratería de forma común y al usar la misma agencia "para realizar amenazas de extorsión... y forzar a los acusados a pagar", según escribió este audaz joven.
La madre de Santangelo, Patti Santangelo, es una mujer de 42 años con cinco hijos que también se negaron a pagar las multas cuando la industria musical les acusó de ser piratas. Cuando el caso se volvió complejo, especialmente cuando se demostró que Patti ni siquiera sabía cómo encender un ordenador, los abogados de las discográficas abandonaron los cargos contra ella.
fuente:
The Inquirer