miércoles, 21 de abril de 2004
Maria Judith Luciano
mluciano@elnuevodia.com
QUÉ SERÁ lo próximo entre Estados Unidos, Inglaterra y España tras la determinación de José Luis Rodríguez Zapatero, nuevo presidente del gobierno español, de retirar su fuerza militar de Irak.
Rodríguez Zapatero hizo el anuncio inmediatamente fue investido, pero también unas horas después de la reunión que sostuvieran en Casa Blanca George W. Bush y Tony Blair el viernes pasado.
Bush ha expresado su disgusto con la decisión del gobierno español y conociendo su trayectoria de devolver el golpe, podría hacerlo. ¿Cómo? Ayuda financiera, las visas para ciudadanos españoles, el comercio entre ambos países, incluyendo imposición tributaria o encareciendo las importaciones españolas, etcétera. Bush lo hizo con México cuando ignoró el compromiso hecho con Vicente Fox unos días antes del ataque del 11 de septiembre. Fox se enojó y no apoyó a Estados Unidos en el conflicto de Irak.
Pero Estados Unidos que sigue siendo el 'sueño americano' para muchos mexicanos, apretó mediante leyes y medidas gubernamentales los servicios y la entrada de mexicanos a Estados Unidos. Hasta hace unos meses cuando Bush y Fox se reunieron y llegaron a unos entendidos para beneficiar a México, particularmente, promoviendo el turismo estadounidense hacia aquella región partiendo de la vulnerabilidad del turismo norteamericano en Europa y en Oriente Medio. Esto es sólo una parte de lo que ambos dignatarios se comprometieron.
Rodríguez Zapatero propinó un golpe a la estabilidad de las fuerzas aliadas en Qadisiya y Nayaf, cuyo control está en manos de lo que se conoce como la brigada "plus ultra" reforzada con soldados de El Salvador, Nicaragua, República Dominicana y Honduras. El gobierno de este último país ha dicho que también retirará las tropas de Irak.
Y Bush no solamente expresó su disgusto por la acción del nuevo gobierno español que se había comprometido en campaña a retirar las tropas al 30 de junio de este año, sino que ha pedido que la retirada se haga en forma coordinada para no desanimar a los que se quedarán en el puesto de los españoles y para no alborotar a los terroristas bajo la creencia de que se ha debilitado el control de las fuerzas de la coalición en esas dos provincias.
Las tropas de España incursionaron a Irak en julio del año pasado y se estima en 11 las bajas como consecuencia del combate.
En marzo, José María Aznar -el predecesor de Rodríguez Zapatero y fuerte aliado de Bush y Blair- consultó a Rodríguez Zapatero referente al envío de un centenar de soldados a Kuwait (en marzo). Rodríguez no se opuso, pero hizo claro que esas tropas debían ser relevadas. Sin embargo, unos días después de esa recomendación, quedó en suspenso el envío de una tropa de relevo.
Contrario a la política pública que adoptó Aznar en cuanto al conflicto de Irak, Rodríguez Zapatero había establecido durante la campaña política su posición al respecto: la guerra fue ilegal porque no contó con el aval de la Organización de las Naciones Unidas y, por tanto, España no podía justificar la presencia de tropas españolas.
Aznar, quien carga con la derrota del candidato de su Partido Popular a raíz del ataque del 11 de marzo, se había comprometido con Bush a mantener la presencia militar española hasta el 30 de junio, fecha en que Estados Unidos se propone hacer la transferencia de la soberanía al pueblo de Irak.
Ciertamente, Estados Unidos no limitará su "desquite" a que las autoridades de seguridad nacional registren y retengan por varias horas al príncipe Felipe de Borbón y a su novia como ocurrió hace unos días en el aeropuerto de Miami. Esperemos lo próximo.