A todos los dioses juré por mi vida,
que entregaría mi alma al averno
a sabiendas que, por la eternidad entera
yo jamas te olvidaría.
Viví tus risas con euforia bendita
durante años, que ahora
en mi inmensa eternidad
me saben a instantes.
¡Atardecer! que duras mas que mi paciencia
y que no dejas que el sol se marchite.
Quiero que se hagan ya las sombras
y meterme por siempre en mi escondite.
No puedo luchar contra el recuerdo
ni tu imagen puede borrarse con olvidos.
Ni los años diluirán todos los besos
pese a que doscientos años ya he vivido.
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Este es el cuarto poema de una serie que constituian mis primeros 3 poemas posteados en este foro.
Si quereis leerlos os los pongo todos aqui a mano.
Un hombre llamado Tristeza
Un hombre llamado Compulsión
Un hombre llamado Muerte 