Dejó su país hace cuatro meses para cumplir su sueño de jugar en el Barça, algo que le ha costado muchas lágrimas
Cuando concluyó la final de Torneo Internacional de Fútbol 7 organizado por Canal+ en Maspalomas, había un chico de pelo largo, igual de feliz que todos sus compañeros del Infantil B del Barça, pero con lágrimas cayéndole por las mejillas. Eran lágrimas de felicidad y de saber que todo el sufrimiento y el esfuerzo realizado en los últimos tres meses había valido la pena. Que al fichar por el Barça había acertado.
Este niño se llama Gay Assulin y su historia es muy distinta a la de la mayoría de chavales de su edad. Hijo de Eli y Susana, Gay nació el 9 de abril de 1991 en Israel y ya desde pequeño su gran pasión ha sido el fútbol, deporte en el que siempre ha destacado, tanto en Israel como en Bélgica o Holanda, países en los que vivió durante unos años a causa del trabajo de su padre. Cuando volvió a su país natal, comenzó a jugar en el Tuburuc, el equipo de una escuela privada, y allí deslumbró a todo el país con su enorme técnica, lo que le llevó a la selección nacional de su categoría y a ser objeto de deseo de grandes clubs europeos y de marcas de ropa que le pretendían, como Levi's. Pero en esa época, Gay ya tenía en mente donde quería estar en el futuro: en el FC Barcelona.
Gay quería vestir de blaugrana para formarse como jugador y su padre, Eli, comenzó a echar mano de sus contactos para ver si podía conseguir una prueba en el Barça para su hijo. A través de un amigo israelí, Eli y Gay consiguieron contactar con Joan Martínez Vilaseca, técnico del club, quien les dijo que el Barça no fichaba a un jugador sin haberlo visto jugar. El técnico blaugrana les informó de que en agosto se organizaba un Campus en Andorra y que esa sería una buena oportunidad para que Gay pudiera mostrar sus cualidades.
Sin dudarlo, los padres de Gay pagaron el viaje y la estancia en Andorra de su bolsillo y Eli acompañó al menor de sus cuatro hijos hasta el Principado. Poco le costó a Gay convencer a Martínez Vilaseca, Josep Colomer y Guillermo Amor, quienes telefonearon al hotel en el que se hospedaba el joven israelí para comunicarle el interés del Barça en ficharle y le citaron para una reunión en las oficinas del club, donde se selló el fichaje de Gay, la mayor promesa del fútbol de Israel.
Su adaptación no fue fácil, ya que además de no hablar ni una palabra de español, extrañaba a su madre, a su hermano Meir y a sus hermanas Moran y Xaron. El hecho que acabó por facilitar la integración de Gay en Barcelona fue la decisión de su madre Susana y su hermano Meir de venir a vivir junto él y su padre en el piso que el club les facilita.
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Perdonad el título del hilo confunde un poco.