Fuente:
Diario de Cádiz
cádiz. Francisco Gamboa Pérez, de 23 años de edad y con domicilio en El Puerto de Santa María, falleció en la mañana de ayer en el hospital Puerta del Mar de Cádiz a consecuencia de una puñalada que recibió de madrugada, en su costado izquierdo, cuando regresaba de la Punta de San Felipe. El crimen, según informaron fuentes policiales, fue cometido en la plaza Filipinas, junto a las murallitas de San Carlos, cuando el grupo con el que se encontraba la víctima tropezó de manera involuntaria con un miembro de una pandilla de ocho jóvenes. Tres de éstos comenzaron a agredirle y uno le asestó la mortal puñalada. Al cierre de esta edición no se había producido ninguna detención, aunque el Cuerpo Nacional de Policía realizaba intensas gestiones para identificar a los autores.
Los hechos ocurrieron alrededor de las 6.30 horas de la madrugada de ayer. Media hora después del cierre oficial de las discotecas de la Punta de San Felipe, donde esa noche se celebraron varias fiestas universitarias, los jóvenes que habían participado en ellas y en la movida abandonaban la zona para regresar a sus domicilios. Entre el grupo de universitarios se encontraba Francisco Gamboa Pérez, estudiante de Trabajo Social en Jerez, su novia y otro amigo.
En las afueras de la Punta, en la plaza Filipinas, tuvieron la mala suerte, según el relato de sus dos acompañantes, de tropezar involuntariamente con unos jóvenes, una pandilla de ocho, que respondieron a lo ocurrido con insultos y empujones. La trifulca, en la que incluso una persona arrancó una señal de tráfico para arremeter contra las víctimas, derivó en reyerta cuando entre tres y cuatro de los miembros de la pandilla empezaron a pegar brutalmente a Francisco Gamboa.
Uno de ellos sacó una navaja y le asestó una puñalada en el costado izquierdo, cerca del corazón según los testigos, que le produjo de inmediato una gran hemorragia. Incluso con el joven estudiante malherido, aunque de pie, los pandilleros continuaron pegándole hasta hacerle caer al suelo.
Tres de los agresores, los más activos, huyeron por las bóvedas de San Carlos hacia la calle San Germán, mientras que el resto emprendió camino hacia la plaza de España.
Gamboa Pérez quedó tendido en el suelo, en medio de un gran charco de sangre, aunque consciente. Su amigo y su novia le atendieron como pudieron y avisaron a los servicios de emergencia y a la Policía.
Mientras tanto, dos hombres que habían presenciado la pelea se dirigieron hacia la calle San Germán en persecución de los tres jóvenes, entre ellos el autor del navajazo, que se habían ensañado más con la víctima. Cuando les recriminaron su acción, los tres jóvenes, lejos de salir corriendo, se volvieron hacia los dos hombres y comenzaron a pegarles. A uno de ellos le pegaron un empujón, mientras que al segundo, Francisco Javier M.C., le empujaron y, además, le pegaron, ya en el suelo, una patada en el pecho que le dejó inconsciente. Los agresores aprovecharon este hecho para hacerse con el teléfono móvil que llevaba en el bolsillo.
Otra ambulancia del servicio de emergencias atendió a este herido de un fuerte traumatismo en el pecho, que le dificultaba la respiración, y lo trasladó al hospital Puerta del Mar, donde fue dado de alta después de ser sometido a un exhaustivo reconocimiento médico.
También al hospital gaditano fue llevado Francisco Gamboa Pérez, que permaneció consciente durante el traslado. La gravedad de su herida le llevó directamente a la UCI, en donde estuvo acompañado por su hermana, enfermera del centro sanitario. Pero el sitio en el que le había sido infligida la puñalada, en el costado izquierdo, resultó mortal. Los intentos de los médicos por salvar la vida del joven, al que le hicieron varias transfusiones de sangre, fueron infructuosos y en torno a las diez de la mañana falleció.
Los agentes de la Policía Local y del Cuerpo Nacional de Policía desplazados al lugar del crimen comenzaron de inmediato a identificar a los posibles testigos, a los que tomaron una primera declaración sobre el aspecto de los autores. La Comisaría Provincial del Cuerpo Nacional de Policía se hizo cargo de una investigación en la que están participando agentes del Módulo Integral de Proximidad I y la Unidad de Delitos Violentos y Especializados (UDEV). Fuentes policiales señalan que prácticamente toda la Comisaría se encuentra volcada en resolver un crimen que ha impactado incluso a los funcionarios de la Comisaría.
Anoche, al cierre de esta edición, fuentes policiales señalaron que se trabajaba en el asunto, junto al Juzgado de Instrucción número 1, y que aún no se había producido ninguna detención, aunque podría estar cercana.
Durante prácticamente todo el día fueron desfilando por las instalaciones de la Comisaría los testigos de la pelea y de la agresión que acabó con la vida de Gamboa Pérez, un joven portuense de 23 años y con cuatro hermanos que estudiaba, en la Facultad de Jerez, el último curso de Trabajo Social.
De la pandilla de ocho jóvenes que intervinieron en la reyerta, la Policía considera que tres o cuatro de sus miembros, de entre 18 y 22 años, fueron quienes participaron más activamente en la agresión que acabó con la vida de Francisco Gamboa.
Las reyertas en las zonas de concentración de la movida juvenil, la Punta, la plaza Ingeniero La Cierva o Mina, suelen ser habituales en Cádiz, y todas suelen coincidir con las últimas horas de diversión de los jóvenes.
Uno de los casos más graves ocurrió hace casi tres años, en los Carnavales de 2002 y en la misma Punta de San Felipe, cuando dos jóvenes, uno de ellos un soldado profesional de Cartagena, fueron apuñalados por cuatro personas que después fueron detenidas.
Pero la última agresión con arma blanca con resultado de muerte en Cádiz sucedió el 2 de agosto de 2002, cuando la joven Tamara del Castillo, de 19 años, perdió la vida en la calle San Juan de Dios al recibir una puñalada en la yugular después de haber mantenido una discusión.
Desde entonces se encuentra en prisión Ángeles Vázquez, que entonces tenía 21 años y quien el próximo mes de enero de 2005 se sentará en el banquillo de los acusados para hacer frente a una acusación de asesinato apoyada por la Fiscalía. En ese caso, que también conmocionó la ciudad como lo hizo el crimen de ayer, la pelea tuvo su origen en un episodio de celos.
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Me indigno, esto no es una puta leyenda urbana, es la cruda realidad.