Spotify se ha convertido en la revolución que finalmente ha terminado por hacer que la industria discográfica asuma la importancia de la distribución a través de Internet y el hecho de que la venta de discos como tal no puede seguir siendo el único pilar sobre el que se asiente su negocio. Pero la firma de Estocolmo no siempre ha contado con el apoyo de artistas de primera línea ni ha podido firmar
acuerdos de exclusividad con los grandes sellos, y de hecho, un libro sobre la compañía que será próximamente publicado señala la utilización de prácticas que bien podrían haberla conducido a la ruina.
El escritor e investigador Rasmus Fleischer, una de las figuras clave de The Pirate Bay durante la primera etapa del celebérrimo
tracker, está escribiendo junto a otras cuatro personas un libro (Spotify teardown – Inside the black box of streaming music) que detallará la meteórica trayectoria de Spotify desde sus inicios y hasta nuestros días, arrojando luz sobre circunstancias y hechos que no aparecen en las notas de prensa. De acuerdo con su relato, Spotify
nació literalmente como un "servicio pirata" que llegó a incluir archivos descargados de Internet.
Como apunte de cierto valor, Fleischer es más que uno de los miembros originales de The Pirate Bay. Actualmente centra su actividad en cuestiones relacionadas con el copyright, presentó en 2012 su tesis doctoral centrada en la "economía política de la música" y mantiene un
blog (en sueco) donde analiza en profundidad este tipo de asuntos.
"La versión beta de Spotify fue originalmente un servicio pirata. Distribuía archivos MP3 que los empleados tenían en sus discos duros", ha señalado Fleischer a la publicación sueca
Di.se. Más aún, Fleischer da validez a los rumores sobre el uso de contenidos obtenidos sin autorización al señalar que Spotify llegó a incluir en su catálogo un disco publicado por una banda exclusivamente a través de The Pirate Bay. Por aquel entonces Fleischer estaba involucrado en el
tracker. "Pensé que era gracioso. Así que mandé un e-mail a Spotify y les pregunté cómo lo obtuvieron. Dijeron 'por ahora, durante el periodo de prueba, utilizaremos la música que encontremos'", asegura el escritor.
Fleischer afirma que el ascenso de Spotify no hubiera sido posible sin la polémica de The Pirate Bay ni el rápido ascenso del Partido Pirata sueco. "El periodo de la beta de Spotify al completo y su lanzamiento inicial está en perfecta sincronía con el
proceso contra The Pirate Bay. No hubieran recibido tanta atención de no haber sido capaces montar esa ola. La historia temprana de la compañía coincide con el Partido Pirata convirtiéndose en un tema candente y el juicio contra The Pirate Bay", apostilla.
Así como los rumores sobre la utilización de discos de origen dudoso en los comienzos de Spotify son tan antiguos casi como el propio servicio, hasta ahora nadie había hablado de forma clara sobre este asunto. Asumiendo su veracidad, Spotify puede considerarse muy afortunada. Queda para la historia el ejemplo de
Grooveshark, que terminó bajando la persiana después de enfrentarse a una
multa multimillonaria después de que un juez determinara que el servicio violó los derechos de autor de forma “voluntaria” y con “mala fe” en cerca de 5.000 canciones.
Fuente: Di.se (en sueco)