Este texto lo escribí improvisando, me vino la idea a la cabeza y ahí está, ya aviso que no es nada del otro mundo...
¡Lo he conseguido! ¡Un siete en la nota de selectividad! Podré entrar sin problemas en la facultad de matemáticas. Todo el esfuerzo ha merecido la pena, la felicidad y la tranquilidad que siento en estos momentos compensan con los nervios de los últimos meses, por el miedo a no llegar.
Qué contentos se van a poner en casa, ya tengo ganas de llegar y decírselo. Seré la primera universitaria de la familia, ¡qué orgullosos estarán mis padres! Y también mis hermanos, que aunque ellos no lo consiguieran en su momento se alegrarán por mí, estoy segura.
Y ahora unos meses para pasarlo bien con los amigos. Este verano va a ser uno de los mejores de mi vida, dentro de dos semanas nos vamos toda la pandilla de vacaciones a Mallorca. ¡Ya estoy deseando estar allí!
En fin, estoy viviendo uno de los mejores momentos de mi vida. Ay, ¿ese chico de ahí no es Jorge? Efectivamente, es él. Hace un mes tuvo que irse a Málaga por trabajo, y me prometí a mí misma que cuando volviera le iba a pedir salir… Hoy es el mejor día para hacerlo, siento que las cosas me van tan bien que no hay nada que pueda estropearlo. Voy a cruzar la calle, el semáforo está en verde.
¡Jooorgg…!
Zas. No pudo acabar de pronunciar su nombre. Un coche se la llevó por delante. Ella no pudo estudiar matemáticas, no pudo irse de vacaciones a Mallorca, no pudo hablar con su amigo Jorge… Sus sueños no se cumplieron, y uno de los días más felices de su vida se convirtió en el día de su muerte. Y todo por culpa de un coche con exceso de velocidad, cuyo dueño nunca se conoció, ya que ni siquiera frenó al ver que había atropellado a la chica.
En un momento todo puede cambiar, en el momento más inesperado.