Cuando uno vive olvida muchas veces lo que tiene alrededor, lo que le acompaña a diario, eso que llaman rutina, y que no es más que la costumbre echa al minuto... Olvidamos lo felices que somos , cuan dichosos llegamos a ser en esta jungla de supervivencia que es la vida misma.
Algunas veces y como humanos que somos, volvemos la mirada, la retrocedemos y comprendemos que hemos sido, incluso añoramos a esa persona libre o joven que emprendía sin miedo la vida, donde jamás una sonrisa pasaba desapercibida y donde el futuro era un campo abierto sin mas latitudes que lo sonoro del ser y estar, hecho gerundio....
Cuando tenemos tanto, que poco nos cuesta desprenderlo de lo que nos sobra..., cuando lo básico es justo de lo único que poseemos...
El cuerdo ve el mundo con ojos de sabio, la locura habita dentro de cada uno de nosotros, hace esquina a la sorpresa, y se columpia en el escalón de lo vivido...
Mentes que no comprenden que otras mas lentas viven y sienten la misma brisa que nosotros mismos, en la misma rutina diaria.
Su sonrisa la adivinaba cercana, siempre colgada de sus mofletes de piel tersa, labios rojos y boca grande, haciendo muecas a las palabras sordas, repetitivamente balanceándose en el verbo y el pronombre, donde no encontraba jamás los circunstanciales siendo sustituidos por una mirada perdida, entre lo bohemio y lo dantesco para muchos...,de sueño y de inconsciencia...para otros..., la sinceridad y la ingenuidad de quien no posee lo básico ,la razón de las normas básicas..
Carente y absorbente de caricias, los pequeños se encaminaban a la iglesia, firmes con sus velas y de gran esfuerza animados por los contertulios, las habitaciones sagradas de aquella vieja y vacía iglesia, donde el eco de sus chillidos hacían el baile del vaivén entre el crujido inerte de los bancos de la iglesia.
Un enorme crucifijo a modo moderno casi de cemento, resaltaba de la pared , como incrustado en la misma estructura...
El sabía lo que hacía, lo había ensayado antes , y siguiendo las normas se encaminó hacía lo que al final determinó ser una celebración donde las lágrimas de los contertulios se tragaban en forma de espesa masa..
La vida es un pañuelo y es solidario saber que donde están otros podemos estar nosotros mismos, a caso la religión se inventó para unos pocos?, para los cuerdos de fe?...
Muchas puertas se cerraron antes de llegar a abrirse la de esa iglesia y con esa ilusión volcada en un colegio lleno de ilusiones y nobleza que da la sonrisa de un minusválido psíquico.
Hagamos conciencia de lo que nos está ocurriendo, y esta sociedad que estamos construyendo, no dejemos jamás de pensar en los demás, que también tienen sus derechos, su lugar, su espacio, y sus obligaciones, pero que seamos nosotros los que les ofrezcamos ese rayo de esperanza, por el que ellos previo pago de su sonrisa, encuentren un mundo aún más fácil y una caricia en el pelo que nada cuesta, salvo la alegría de poderles compartir, con una mirada cierta....
En este mundo entramos todos, con mas o con menos dificultad, pero construyamos un mundo sin barreras....
Sitos
Elemne