La Caixa
ha anunciado el inicio de su servicio comercial de pago "contactless" (sin contacto) con tecnología NFC (Near Field Communications) en España de la mano de las tres grandes operadoras de nuestro país y Visa Europe. La entidad se ha asociado con Telefónica, Vodafone y Orange para permitir pagos con teléfonos móviles equipados con tecnología inalámbrica junto a una SIM especial que almacena de forma segura los datos de la tarjeta bancaria.
Esta es la primera vez que una entidad financiera impulsa un sistema de pago NFC en Europa junto a las grandes empresas de telefonía de su país. Este servicio permitirá reunir diversas tarjetas en un único dispositivo y garantiza la seguridad de almacenamiento mediante encriptación de datos.
Para darse de alta en el servicio será necesario un cambio de SIM y la instalación de una aplicación monedero que descargará los datos de las tarjetas del cliente al terminal. Una vez activado podremos realizar pagos electrónicos acercando el móvil a datáfonos compatibles.
En España contamos en este momento con 300.000 comercios equipados para este tipo de transacciones, de los cuales 110.000 pertenecen a la propia La Caixa, que es líder en implantación de este sistema. El nuevo servicio de la entidad cumple el estándar internacional de pagos "contactless" por lo que la compras por debajo de 20 euros no necesitarán PIN para ser autorizadas, aunque se puede configurar para que cualquier compra requiera autentificación PIN.
Los pagos móviles NFC buscan su sitioLa maniobra de La Caixa representa una apuesta firme por el pago en terminales punto de venta (TPV) de tiendas de nuestra geografía. Pero la adopción en España del NFC está siendo considerablemente lenta. Albert Figueras, de Banco Sabadell, asegura que el principal problema radica en que la base instalada de teléfonos con tecnología NFC es muy pequeña, y todavía no está disponible en algunos modelos muy populares.
Sin embargo la propia Google
reconoció, tras el lanzamiento de su experimento Wallet en 2011, que el público estadounidense no encontraba ventajas prácticas al pago mediante NFC, y terminó llevando su servicio hacia un sistema híbrido con tarjetas físicas. Una falta de interés que también podría existir en España.
Del mismo modo existe cierta preocupación por parte del público respecto a la seguridad del sistema. Y aunque el rango de la tecnología NFC está alrededor de los 20 centímetros, la posibilidad de copia o corrupción de datos inalámbricos sigue existiendo. Para minimizar esta posibilidad, los fabricantes trabajan con protocolos cifrados y sistemas de autentificación que impiden el acceso de terceros.
En nuestro país, algunos proyectos pioneros ya han demostrado el abanico de posibilidades del NFC más allá de los pagos en comercios. El Consorcio de Transportes de Asturias implementó el pasado octubre abonos de transporte público en teléfonos móviles a través de NFC. Una más de las muchas aplicaciones propuestas de esta tecnología, entre las que se pueden incluir la entrega inmediata de tarjetas de visita digitales, apertura de automóviles, identificación en eventos o recepción de facturas.