Como dije, no es oro todo lo que reluce. Y aunque hubo fallos que puedan ser achacables al funcionario, se trabaja en unas condiciones penosas, no ya para los propios trabajadores sino para los administrados y las víctimas.
La información es de Europapress, aunque la publica el propio sindicato ACAIP en su web.
Acaip denuncia que un fallo técnico hizo saltar la alarma media hora después de que el preso se deshiciese de la pulsera
3/12/08
El funcionario debía supervisar en el monitor a 60 internos, compaginarlo con otras tareas y no había recibido formación
El sindicato de prisiones Acaip corrigió hoy al Gobierno y defendió que el funcionario del Centro de Vigilancia Electrónica recibió el salto de alarma casi media hora después de que Maximino Couto, el agresor que el sábado pasado mató a su novia en Galicia, se desprendiese de la pulsera. En ese momento, el funcionario trató de acceder al sistema para comprobar la incidencia, pero hasta el tercer intento no lo consiguió debido a fallos informáticos del mismo.
En un comunicado, Acaip expone que los funcionarios han venido denunciando en múltiples escritos que los "equipos informáticos no han funcionado bien en ningún momento" y que a día de hoy el personal sigue sufriendo sus incidencias. Entre los fallos continuados, el sindicato cita que "la comunicación se corta continuamente y los ordenadores se quedan colgados" impidiendo así la adecuada labor de los trabajadores.
Además, precisa que "no existe ningún tipo de alarma sonora ni luminosa" que indique la notificación de incidencias en los sistemas de vigilancia, sino que éstas se avisan por escrito en la pantalla del ordenador. De esta forma, el funcionario que atendía las pantallas de control de maltratadores recibió sobre las 17.00 horas del sábado un mensaje sobre Couto indicando "tx desaparecido".
Tras sucesivos intentos, comprobó que el interno se encontraba en el domicilio de su novia, por lo que "al no acceder a las zonas de exclusión" no avisó a las Fuerzas de Seguridad y se limitó a anotarlo en la ficha del preso.
El funcionario abandonó definitivamente el seguimiento de Couto a las 18.00 horas al finalizar el permiso del interno y sobreentender que había regresado a la prisión de A Lama. Sin embargo, la cárcel de Pontevedra no confirmó que Couto seguía en libertad hasta las 18.45 horas.
Según informaron a Europa Press fuentes penitenciarias, Couto no tenía una sóla zona vedada sino tres, la correspondiente al domicilio de su mujer y de dos hijos. En marzo pasado se adentró en una de ellas y fue detenido por la Guardia Civil y puesto a disposición judicial. Tras estos hechos en los informes de salida remitidos desde la prisión de A Lama se especificaba la peligrosidad del interno.
Según el relato de Acaip, fue a las 16.36 cuando la Unidad Central --situada en la madrileña calle Alcalá-- constató que Couto se había desprendido del dispositivo de seguimiento. Sin embargo, debido a "fallos técnicos en la banda ancha" el saltó de alarma llegó 24 minutos más tarde al funcionario del Centro de Vigilancia Electrónica, cuya sede se encuentra en el CIS Victoria Kent, en la calle Juan de Vera, de Madrid.
ESCASO PERSONAL CON SOBRECARGA DE TAREAS
A estas condiciones, se suma "la carencia de personal evidente" en la gestión de este servicio, lo que, en opinión del sindicato, revela "la absoluta dejadez en la gestión por parte de sus responsables". En este contexto, responsabiliza al anterior Subdirector General de Medio Abierto y Medidas Alternativas y actual Director del Centro Penitenciario de Topas, que "no dejó el servicio organizado, ni ninguna normativa de actuación" para los diferentes supuestos que puedan producirse.
Este hecho choca con el incremento de internos sometidos a seguimiento telemático, que han aumentado desde 417 presos en 2004 a 1.834 en noviembre de 2008 y da muestra de la "irresponsabilidad y pésima gestión" sobre el servicio. Además, critica que "no existe ningún protocolo de actuación para cada una de las modalidades de seguimiento telemático". "Es una irresponsabilidad que no existan normas claras de actuación ante las múltiples posibilidades que pueden producirse", remacha.
Por otra parte, denuncia que el funcionario de la Unidad de Vigilancia no sólo debe estar pendiente "de forma continuada" de los monitores de este sistema de supervisión, sino también cumplir otras muchas funciones. Entre ellas, enumera el seguimiento de los internos con localización permanente, la elaboración de las fichas de los convictos o la contestación de las llamadas telefónicas. "En ese día existían seguimientos de 60 internos entre GPS y localización permanente", indica.
EL FUNCIONARIO NO HABÍA RECIBIDO FORMACIÓN.
Además, sólo a tres de los siete funcionarios que trabajan en la unidad en turnos de mañana, tarde y noche se les ha facilitado formación específica sobre el uso de este sistema. El funcionario que trabajaba el pasado sábado no disponía de esta formación.
En este contexto, Acaip acusa a la Administración Penitenciaria de "incumplir de forma sistemática" la normativa sobre salud laboral, al permitir que "un sólo" trabajador atienda los monitores "sin poder dejar de mirarlos al no existir alarmas sonoras". Frente a ello, la organización recuerda la normativa sobre pantallas de visualización que recomienda "turnos de menor duración en dónde se puedan realizar otras funciones".
Esta es de El País a 07/12/08
La alarma del asesino Couto no sonó porque se desactivó el pitido
7/12/08
Los funcionarios silenciaron las alertas porque el ruido continuo molestaba
Demasiados fallos del sistema electrónico pueden estar en el origen del error humano que el pasado sábado causó el apuñalamiento de dos personas en Galicia. Eran tantas las falsas incidencias que se registraban por problemas con el GPS que se sustituyó la señal sonora por una luminosa ("TX desaparecido"), porque el ruido molestaba demasiado. Sin embargo, se mantuvo el pitido para cuando el agresor entraba en la zona de exclusión, es decir, en un radio prohibido alrededor de la víctima. Eso es grave, pero lo otro, como se ha comprobado, también deja víctimas.
Sin ir más lejos, el jueves, dos días antes de los crímenes, se produjo una incidencia con el GPS de Maximino Couto, el que le mantenía localizado en su permiso carcelario. Resultó una falsa alarma, pero, al menos, fue detectada. En el ordenador central apareció el "TX desaparecido" y el funcionario de turno que controlaba el panel de control en Madrid avisó al centro penitenciario. Desde allí consiguieron localizarlo y le ordenaron volver al penal, pero, a medio camino, el sistema se reanudó y todo siguió en orden.
Quizá por eso, el funcionario que trabajaba el sábado, cuando observó la incidencia y vio que el GPS estaba en casa de la novia de Couto, un sitio permitido, se limitó a anotarlo en el libro de incidencias, como asegura que ocurrió el presidente del sindicato de prisiones Acaip, José Ramón López. Allí quedó, efectivamente, el GPS, mientras Couto buscaba a su mujer con un cuchillo en la mano, con el que apuñaló a los vecinos de ella.
El sindicato de prisiones Acaip explica que no es la primera vez que estos aparatos fallan, sobre todo en las zonas rurales. Dice que sí se detectó la alarma, aunque a las cinco de la tarde, "por problemas de conexión", y que el funcionario aún tardó en ubicar al agresor mediante el sistema electrónico.
"Cuando vio que el GPS estaba en casa de la novia de éste, un lugar absolutamente permitido, solamente lo anotó en la ficha de seguimiento [de Couto] y en el libro de incidencias", explica. "No podía hacer otra cosa", asegura López.
En Instituciones Penitenciarias no explicaron si esto fue así, porque aún está la investigación abierta, dicen. Pero, de ser cierto, ¿por qué el trabajador no llamó al penal gallego? El presidente de Acaip afirma que no hay un protocolo a seguir en casos como éste. Y eso no lo niegan en Instituciones Penitenciarias, pero afirman que sí hay instrucciones verbales que se han dado a los funcionarios. "Y todo el mundo sabe lo que hay que hacer en ese caso". Ponen, para demostrarlo, el ejemplo ocurrido dos días antes, cuando el GPS de Couto se perdió.
Lo que no es cierto es que el funcionario sólo tenía ese día cuatro presos bajo su vigilancia en el panel de control, como afirmaron días atrás en Instituciones Penitenciarias. Ayer reconocieron que, además de estos cuatro, con las mismas condiciones carcelarias de Couto e idéntico dispositivo, había al menos otros 17 con sistema de control por voz. Es lo que se usa ahora para delitos menores, lo que antes se conocía como arresto domiciliario, no más de 12 días. Es el propio sistema electrónico el que marca el número de teléfono fijo de la casa de forma aleatoria y el arrestado en cuestión ha de contestar. Antes se le ha grabado la voz para que el aparato detecte posteriormente si es él u otra persona quien ha descolgado el teléfono. El funcionario de la central vigilaba también ese sábado las posibles incidencias de este otro sistema. Y aún tenía a su cargo, afirman en Interior, "algún otro sistema de control".
El sindicato Acaip dice que eran 60 en total las personas que se vigilaban desde la sede central ese día.
Europapress 04/12/08
Todos los funcionarios de Vigilancia Electrónica se quejan de no poder hacer su trabajo "con un mínimo de seguridad"
4/12/08
Llevan tres meses recogiendo los continuos fallos técnicos en el libros de incidencias y reclaman una formación que aún no tienen
Los siete funcionarios que trabajan en la Unidad de Vigilancia Electrónica de Instituciones Penitenciarias denunciaron el pasado martes la imposibilidad de realizar el seguimiento telemático de los reclusos con "un mínimo de garantía y seguridad", dado el "mal funcionamiento" de los equipos informáticos y la nula formación que han recibido, según un escrito que dirigieron a la Secretaría General, al que ha tenido acceso Europa Press.
Los trabajadores dedicados al control telemático firmaron conjuntamente el escrito el pasado 2 de diciembre para dejar constancia de las múltiples dificultades por las que atraviesan para realizar un correcto rastreo y localización de los internos.
El escrito de queja fue remitido al responsable de la Subdirección General de Medio Abierto y Medidas Alternativas, Santos Rojas, después de que Instituciones Penitenciarias hiciese pública una nota en la que achacaba el error en el control al interno Maximino Couto a un "fallo humano". Couto asesinó presuntamente a su novia y, posteriormente, agredió a otras tres personas, a pesar de que lo hizo dentro de la zona que tenía vedada.
"Los equipos informáticos no han funcionado bien en ningún momento", recalcan los funcionarios. Estos se quejan de continuos problemas de cortes en la transmisión o del funcionamiento lento del sistema. "Se quedan colgados mientras se está trabajando, no admitiendo las contraseñas ni los usuarios que tenemos asignados", describen.
También explican que el seguimiento de los presos, tanto por verificación de voz como por los GPS --éste último dispositivo era al que estaba sometido Couto a través de un brazalete--, necesita de una "cierta continuidad", exenta de cortes, para que el control sea riguroso.
No obstante, advierten de que es "imposible" realizar adecuadamente este seguimiento debido a los habituales fallos técnicos y sostienen que tales incidencias han quedado registradas en el libro de Servicios "de forma reiterada" por parte de los funcionarios.
DESCONOCIMIENTO DEL SERVICIO
En otra circular, firmada el mismo día 2 de diciembre, los trabajadores de la Unidad de Vigilancia Electrónica expusieron no haber recibido "ningún curso ni formación adecuada para el desempeño" de sus funciones, desde que tomaron posesión del cargo el pasado mes de septiembre. "Llevamos pidiendo una formación adecuada desde que tomamos posesión del puesto, sin resultado hasta el momento", afirman.
"Lo cual hace que nuestro trabajo no sea todo lo eficiente que debiera, dado que desconocemos en gran medida el funcionamiento de los equipos y del servicio", se quejaron, antes de recordar que así se lo han comunicado verbalmente "en reiteradas ocasiones" a los responsables.
Precisamente Santos Rojas firmó, el pasado 13 de noviembre, una circular donde reconocía que todavía estaba pendiente la elaboración de un protocolo de actuación para cada una de las distintas modalidades de seguimiento telemático, a la que tuvo acceso Europa Press.
De todos modos, enumera una serie de indicaciones a seguir en caso de que el preso --a todos los internos bajo este seguimiento les han concedido el tercer grado-- transgrediera las medidas impuestas por la Junta de Tratamiento de la cárcel o el Juzgado de Vigilancia Penitenciaria.
Y para rematar claro, la promesa del gobierno. El País 04/12/08
El Gobierno planea implantar en 2009 un nuevo modelo de GPS para maltratadores
4/12/08
El sistema sería 'multi-alarma' para asegurar su efectividad en caso de producirse algún fallo
El delegado del Gobierno para la Violencia de Género, Miguel Lorente, ha dicho hoy que el Ejecutivo está estudiando la posibilidad de poner en marcha un nuevo modelo de brazalete para maltratadores en marzo o abril de 2009. El nuevo sistema será "multi-alarma", esto es, estará conectado a diversos puntos para garantizar su efectividad en caso de producirse algún fallo.
Lorente ha explicado que el nuevo modelo de brazalete iría destinado a las mujeres con un mayor riesgo de ser agredidas por sus parejas o ex parejas, que suponen el 4 ó 5% de las denuncias, es decir, "unos 3.000 ó 4.000 casos en los que hay que poner barreras entre la víctima y su agresor", ha manifestado. El aviso de peligro sería recibido no sólo por el centro de control o seguimiento, sino también por la policía y "familiares o allegados de la víctima".
La posible puesta en marcha de un nuevo GPS para maltratadores se produce después de que Maximino Couto, un preso de permiso, asesinara el pasado sábado en Pontevedra a su actual pareja (que no tenía protección electrónica) e hiriera a dos vecinos de su ex mujer -a la que no se podía acercar- al no encontrarla en casa. Couto se desprendió de la pulsera de seguimiento tras matar a su compañera sentimental y antes de ir en busca de su ex esposa sin que fuera detectada la alarma que suena cuando el maltratador se quita el brazalete.
Instituciones Penitenciarias achaca lo ocurrido a un "fallo humano", mientras que el sindicato de prisiones Acaip denuncia que un error técnico hizo saltar la alerta media hora después de que el preso se quitase la pulsera.
Varios fallos del sistema electrónico podrían estar en el origen de ese supuesto error humano. Eran tantas las falsas incidencias que se registraban por problemas con el GPS que se sustituyó la señal sonora por una luminosa, porque el ruido molestaba demasiado, informa Carmen Morán
Para el que tenga eggs a leérselo, que nadie tome ésto como una justificación. El funcionario tomó decisiones erróneas, pero claro, si el sistema no funciona y no hay una protocolo claro, pues pasa lo que pasa. Estos sistemas tienen que estar diseñados para que funcionen "a pesar de las personas".
Eso sí la administración tira balones fuera rápidamente diciendo "fallo humano" y andando.