Un relato

Algo mío:

Me gustaría pensar qué hago.

Adoraría el placer de despegarme de una pantalla de 17 pulgadas. Pero no puedo, no tengo más mundo fuera de miles de píxeles coloreándose a mi paso. No tengo más patria que mi palabra anónima en la red. Ni siquiera conozco la mitad de lo que debería o se espera que deba conocer. Sólo conozco cada palmo, tecla o signo de mi teclado. Lo demás es pura fantasía y deseo. Quiero pensar que mejoro pero no es cierto. No, no lo es. Quién sabe si se ahogarán estas palabras como mis cientos de pensamientos huecos de sentido. No puedo esperar ser otra persona. Puedo esperar el estar sentado y contemplando. Me une una relación de odio profundo y respeto con lo que me rodea. Una elección mutua, un odio placentero el ser adicto a una droga que me consume y me abandona del don de la palabra. Me aborrece pensar que puedo acabar como otros y me atormenta pensar que puedo acabar sin nada.

Me pregunto quién soy constantemente. Nunca me ha abandonado la sensación de pensar en un futuro imaginario, en un cambio de opiniones lejano. No creo que llegue. No creo que se produzca, y realmente, no sé si quiero que se produzca.

Me gustaría saberlo.
DrGamer escribió:Algo mío:

Me gustaría pensar qué hago.

Adoraría el placer de despegarme de una pantalla de 17 pulgadas. Pero no puedo, no tengo más mundo fuera de miles de píxeles coloreándose a mi paso. No tengo más patria que mi palabra anónima en la red. Ni siquiera conozco la mitad de lo que debería o se espera que deba conocer. Sólo conozco cada palmo, tecla o signo de mi teclado. Lo demás es pura fantasía y deseo. Quiero pensar que mejoro pero no es cierto. No, no lo es. Quién sabe si se ahogarán estas palabras como mis cientos de pensamientos huecos de sentido. No puedo esperar ser otra persona. Puedo esperar el estar sentado y contemplando. Me une una relación de odio profundo y respeto con lo que me rodea. Una elección mutua, un odio placentero el ser adicto a una droga que me consume y me abandona del don de la palabra. Me aborrece pensar que puedo acabar como otros y me atormenta pensar que puedo acabar sin nada.

Me pregunto quién soy constantemente. Nunca me ha abandonado la sensación de pensar en un futuro imaginario, en un cambio de opiniones lejano. No creo que llegue. No creo que se produzca, y realmente, no sé si quiero que se produzca.

Me gustaría saberlo.








Estás yaciente, cómodamente sentado. Abres una ventana que te ofrece muchas vistas que logran cambiar el modo de mirar al mundo. Algunas te gustan mucho pues son agradables, bellas, te hacen sonreír, te emocionan. Y también las hay que te cautivan de otra forma, llegando incluso a hacerte sentir impotente.

Eres un testigo, un simple observador, un Voyeur gandul y tecnológico de algo que ocurre en un tiempo real o diferido, un simple adjetivo no diluirá la intensidad de lo que recibes. Lo peor es que no puedes dar, aunque seguramente de poco serviría.

De noche ves por televisión sentado en el sofá el testimonio de un señor que en su día fue una gloria, alguien famoso, un cantante peculiar que sobresalía de la media y que ahora, en el presente, es un vagabundo que sobrevive entre cartones. Han pasado los años es cierto, ha cambiado su aspecto, no lo niego, pero su carácter -aunque pueda ser más duro de tanta pena que haya soportado- sigue siendo igual de sensible. Sigue siendo el mismo señor que en el pasado atraía a las masas y que ahora sólo consigue ser rechazado.
Majestuosa contestación.
Gracias.
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