Dado que Alemania es posiblemente uno de los países europeos que primero nos viene a la cabeza cuando hablamos
de privacidad, extraña saber cómo funcionan algunas agencias de espionaje en el país. Y es que la agencia de inteligencia exterior, BND, almacena cada día
220 millones de metadatos de los registros de los teléfonos en todo el mundo… para luego pasárselos a la
NSA de los Estados Unidos.
Una exclusiva que cuenta el diario alemán ZEIT, donde explican detalladamente cómo funciona el entramado. Al parecer, el BND, en lugar de investigar a sospechosos individuales, habría puesto la mira en los metadatos, es decir la vigilancia masiva.
De acuerdo a la información del diario y a la revelada
por Snowden sobre la NSA, la partida parece jugarse en un nuevo terreno. Los días en que los espías interceptaban llamadas telefónicas individuales o cartas a un sospechoso son cosa del pasado. La forma de actuar de las actuales agencias de seguridad como la NSA o la BND es la de obtener información en masa para analizarla, los llamados metadatos. Una medida que permite reconocer a un grupo cerrado en comunicación, al poder conocer quién se comunica con quién, cuándo, dónde y durante cuánto tiempo.
El uso de estos elementos de información también puede permitir compilar perfiles y reconocer patrones de comportamientos de grupos. De esta manera, las agencias de inteligencia pueden predecir con un alto grado de certeza cuál será el próximo movimiento.
Con toda esta información ahora parecen más esclarecedoras
las palabras del exjefe de la NSA y de la CIA, Michael Hayden, al hablar de la importancia de los metadatos para las agencias. Este general retirado llegó a decir que “matan a la gente en base a los metadatos obtenidos”. No sería de extrañar por tanto que gracias a la recopilación masiva de datos agencias como la CIA o la NSA obtengan direcciones a las que enviar sus drones cargados de misiles.
En cuanto a la agencia alemana, al parecer BND recopila esta ingente cantidad de datos desde el 2002. ZEIT explica que en los últimos años su trabajo ha consistido en analizar todo el almacenamiento, un entramado que cuenta con cinco sucursales distribuidas en el país, con una media diaria de 220 millones de metadatos de todo el mundo. Una vez obtenidos estos datos, las piezas se almacenan en alguna de las cinco sucursales entre una semana y seis meses. Tiempo en el que clasifica cada información y luego se “cede”, según el rango, a la NSA en Estados Unidos.
En definitiva, aunque se desconoce de dónde obtiene exactamente los datos la agencia alemana, sí se sabe que las conexiones interceptadas viajan a través de dos satélites y de Internet, es decir, 220 millones de datos diarios a partir de conversaciones telefónicas y mensajes que se transmiten a través de teléfonos móviles. Sorprende saber que una agencia alemana pueda operar así con las estrictas leyes del país, incluso después de que la propia Merkel estudiara junto a Francia la creación de una
red de comunicaciones europea que escapara a la NSA.