La luminaria, cuya base estaba oxidada, se derrumbó sobre la cabeza de la joven, a la que provocó una brecha y varias contusiones
Una estudiante del instituto Jiménez de la Espada, Cristina Rubio, resultó herida ayer al caerle una farola de más de dos metros y medio de altura sobre la cabeza. Los hechos ocurrieron pasadas las 9.55 horas, cuando la joven, que estudia segundo de Bachillerato, paseaba por el patio del centro junto a sus amigas porque estaba en su tiempo de descanso. La farola cayó sobre su cabeza provocándole una fuerte contusión y un corte de 8,5 centímetros.
La joven fue trasladada al Hospital Santa María del Rosell donde se le practicaron diversas pruebas con el fin de determinar las lesiones. Cristina Rubio recibió el alta médica a mediodía y se trasladó a su vivienda. Los médicos indicaron a sus padres que debían mantenerla en observación durante 24 horas por las contusiones que sufría en la cabeza, el cuello y la espalda, aunque no revestían gravedad. La joven se encuentra en buen estado, a pesar de las contusiones y los dolores generados por el golpe.
La luminaria se derrumbó debido a que la base de su estructura estaba totalmente oxidada. Sin embargo, este hecho no se podía prever ya que la base de la farola estaba cubierta por otra estructura metálica.
El director del instituto Jiménez de la Espada, Ricardo Carrión, señaló que la caída de la farola había sido un "desgraciado accidente totalmente imprevisible. De hecho íbamos a pintar las farolas próximamente. No nos habíamos dado cuenta de que el eje estaba corroído porque está tapado".
Tras el accidente, la consejería de Educación ordenó a los responsables del centro que retiraran todas las luminarias para evitar nuevos accidentes. De hecho, a mediodía la mayoría de las farolas del patio se habían desmontado.
Fuentes de la consejería señalaron que no tenían ninguna constancia de que las farolas se encontraran en mal estado. Asimismo indicaron que ya se están acometiendo obras de mejora en el centro siguiendo los plazos previstos.
Por su parte, Cristina Rubio aseguraba ayer que el accidente que sufrió en el instituto le podía haber pasado a cualquiera de sus compañeros porque el centro está en muy mal estado. Esta estudiante de 17 años regresó a casa a mediodía después de haberse sometido a diversas pruebas que corroboraban que su estado de salud era bueno a pesar del fuerte golpe recibido. "Es que tengo una raja en la cabeza de ocho centímetros y medio", explica.
Cristina afirma que el susto que recibió fue muy grande. "Iba andando y de repente me cayó la farola encima. Me asusté muchísimo, pero bueno, cuando mi madre ha llegado al colegio estaba casi peor que yo", bromeaba.
Su madre, María José Conesa, no se lo toma tan a broma. "Mi hija ha vuelto a nacer porque esto podría haber sido muy serio. Es tremendo que mandes a tu hijo a clase y estés tranquilo pensando que se encuentra a buen recaudo y te encuentres con esto. Es increíble", explicaba ayer.
María José Conesa no está dispuesta a dejar pasar este accidente sin más. "Vamos a denunciar al centro para evitar que esta situación vuelva a repetirse. No es culpa de los profesores, pero el instituto está en muy mal estado y deben arreglarlo cuanto antes. Los nervios no se me van a pasar fácilmente porque cuando me han llamado y me han dicho que a mi hija le ha caído una farola encima me he temido lo peor. Yo ya no contaba con ella y eso es terrible, así que no quiero que vuelva a repetirse nunca", explicaba.
Los padres llevan años exigiendo reformas
El accidente ha provocado un gran malestar entre los padres de los alumnos del instituto Jiménez de la Espada, que llevan varios años denunciando el mal estado de las instalaciones del centro y reclamando reformas. "Tal y como está el centro era inevitable que antes o después ocurriera un accidente como este", destacó el director de la Asociación de Padres de Alumnos del Instituto, José Ramón García.
El APA reconoce que en los últimos meses la consejería ha llevado a cabo diversas obras, aunque consideran que no son suficientes dadas las necesidades del centro. "Tal y como está el instituto no se pueden poner pequeños parches, hay que hacer grandes obras. De momento se han reparado los aseos y el director ha hecho pequeñas obras porque la consejería le ha dicho que después se hará cargo de su coste, pero eso no es suficiente para nosotros", precisó José Ramón García.
Los padres mantuvieron un encuentro con el director general de Enseñanzas Escolares, Juan José García, el pasado curso, pero desde entonces no han vuelto a reunirse. "Nos dijo que íbamos a tener encuentros periódicos pero hasta el momento no hemos sabido nada de él. Queremos que el consejero se pronuncie y nos de un calendario para las obras", destacó José Ramón García.
A este respecto, el director del centro señaló que la próxima semana Juan José García mantendrá una reunión con él, "que estaba prevista antes de este accidente", para tratar las reformas.
Los estudiantes presentan sus demandas
Los estudiantes del instituto Jiménez de la Espada organizaron después del accidente que tuvo lugar ayer una manifestación que pretendían celebrar hoy. Sin embargo, tras una reunión de más de una hora, los jóvenes han decidido aplazar esta protesta.
"Vamos a agrupar las propuestas de todos los delegados sobre las reformas que necesita el centro y se las vamos a enviar a Educación. Muchos alumnos se marchan de viaje de estudios y no regresan hasta el día 8, así que vamos a esperar hasta entonces para ver qué hace la consejería. Si después lo consideramos oportuno celebraremos la manifestación", destacó Federico Munné, representante de los alumnos.
El accidente sufrido por Cristina Rubio generó una gran conmoción entre los estudiantes del centro. "Se ha producido un gran revuelo ya que ha ocurrido nada más empezar el recreo. Además, la ambulancia ha tardado mucho en llegar. Le hemos limpiado la cara nosotras con agua y con pañuelos de papel", explica Noemí, una de las estudiantes del centro.
Noemí, al igual que su compañera Trini, considera que este accidente podría haberse evitado si las instalaciones del centro estuvieran en mejor estado. "Ayer vimos que la farola estaba torcida. Es que todo está fatal, las papeleras y las vallas están oxidadas, y así todo. Debería hacer algo", señala Trini.
Extraído de La Opinión de Murcia.
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