Una batería de 'obispos de hierro' lucha para que la Iglesia española no se moderniceUna docena de prelados forma la "línea dura" de oposición a las reformas del Papa en la Iglesia española.
Dirigidos en la sombra por el cardenal Rouco, se encuentran los arzobispos de Burgos, Oviedo, Toledo, Sevilla o Valencia y centran sus ataques en los franciscanos.Durante décadas fue "martillo de herejes y luz de Trento".
La Iglesia española es, junto con la italiana, la más importante a los ojos del Vaticano. Históricamente, sus obispos han seguido a pies juntillas las indicaciones de Roma sin rechistar, especialmente en los momentos en los que la doctrina eclesiástica se tornaba más dura y reaccionaria. El fallecido cardenal Tarancón se lamentaba señalando que los obispos "tenían tortícolis de tanto mirar a Roma". Nada se hacía si no lo decía el Papa. Ahora, sin embargo, ya no es así.
La Iglesia española no es "franciscana". Al menos, no la mayoría de sus obispos, que han encontrado en la renovación traída por el Papa Francisco confusión,
decepción y, en muchos casos, una enmienda a la totalidad de su magisterio. Durante las dos últimas décadas, las que coincidieron con los años más duros de Juan Pablo II, Benedicto XVI y el mandato del cardenal Rouco, el episcopado español se destacó como el más ultraconservador de todos los europeos.
Los obispos de nuestro país fueron los primeros en convocar manifestaciones y salir a la calle para protestar y promover la
desobediencia civil ante leyes como el matrimonio gay o la asignatura de Educación para la Ciudadanía; amenazaban a los políticos católicos con la excomunión si no
se oponían con todas sus fuerzas al aborto y la eutanasia, como antes lo habían hecho en la aprobación del divorcio.
La llegada, hace tres años, del papa Francisco, cogió a la mayoría de los prelados españoles con el pie cambiado. Pese a las versiones oficiales, lo cierto es que la renovación en la Iglesia española todavía no ha calado. Son muchos los obispos que no creen en Francisco, que ven al Papa y sus reformas como "una tormenta de verano",
que pasará y la Iglesia regresará a los cuarteles de invierno. La oposición es tan patente que el propio Papa anuló el pasado año un viaje, totalmente preparado, a Ávila para inaugurar el V Centenario de Santa Teresa. Los mentideros vaticanos aseguran que fue la forma en que Francisco les dijo a los obispos españoles que si no le querían, él tampoco a ellos.
Leer más...
http://www.eldiario.es/sociedad/obispos ... 49151.html