Vamos a sumarnos a la moda de las polaroids. Un par de ellas que se me ocurrieron hoy por la calle.
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Cuando el ciego cogió el sobre sorpresa no necesitó abrirlo para saber lo que había dentro.
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Se compró una ventana, para ver lo que había en la calle y pensó que era una buena compra. Se compró un televisor para ver lo que había en otras partes del mundo y pensó que era una buena compra. Se compró un telescopio para ver las estrellas y pensó que era una buena compra. Se compró un espejo para verse a si mismo y lo devolvió porque no funcionaba.
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Ayer viví que me había muerto. Suerte que era la realidad y aún me quedaban los sueños.
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Se suscribió a esa revista de viajes para no tener que ir al kiosko de la esquina a comprarla.
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Bueno chicos. Que soñeis con los angelitos.