Una vida loca, loca (doblemente loca)

Todo comenzó cuando estaba en el primer año fuera de mi pueblo, estudiando ingeniería de telecomunicaciones. Intenté integrarme en uno de los grupos, ya que en esa ciudad no conocía a nadie. Para hablaba poco y creía que tenía fobia social e intentaba mejorar en las relaciones sociales.

Al final pasaron de mi, porque no hablaba y la cague un día que me pasé con el alcohol. Me criticaron que siempre quería quedar por encima. Resulta que con otro amigo (llamémoslo A) ya tenía ese problema, por lo que eventualmente terminé obsesionándome con entender porque quería quedar por encima, ya que lo había sin darme cuenta en el momento.

Después cuando recapitulaba me decía a mi mismo "pues la verdad es que me he pasado". Investigando encontré los juegos psicológicos del análisis transacciones que me creía que encajaba con todo esto, y en el propio libre te daban consejos para evitarlos ya que se consideran malos. También intuí algunas relaciones con la seducción de Mario Luna, con la que estaba obsesionado.

Yo solo no lo terminaba de entender así que compartí ese conocimiento con unos amigos y mi padre, para que me dieran su opinión y ayudaran a mejorar mi convivencia. Con quien más hablaba en el instituto era mi amigo A, pero tenía ese problema con el y al final terminábamos enfadándonos. A este se lo comenté para que los dos pusiéramos de nuestra parte para llevarnos mejor.

Cuando acabó el curso me alegré de tener más tiempo para retomar el culturismo más en serio. Seguía muchas de las recomendaciones de Lyle McDonald y quería seguir definiendo. Las ideas que tenía de ligar se iban difuminando, ya que aunque sabía la teoría no tenía muchas oportunidades de ponerla en práctica. Y pasé a centrarme en el culturismo en lugar de en ligar.

Tenía problemas de concentración y letargo, y yo me creía que era por dietas de definición o por trastorno psiquiátrico bipolar. Lo hablé con mi padre y me dijo que en Agosto era dificil acceder a un psiquiatra que quisiera verme y me tendría que esperar a septiembre.

Como tenía que estudiar, me intente buscar una "solución" por mi cuenta. Para los problemas de concentración se suelen utilizar estimulante, y del culturismo conocía efedrina, así que lo conseguí para mejor mi concentración y para quitar el hambre.

Según la teoría de Lyle Mcdonald, si estaba a un peso (mucho) inferior a un punto de ajuste podría sufrir letargo y aumento de hambre, sin embargo ahora me doy cuenta que no termina de cuadrar por algunos motivos, entre ellos que el hambre y la energía no son constantes sino que pueden variar drásticamente de un día para otro aun comiendo lo mismo.

Estaba muy fuerte en el inicio de mi segundo año en mi carrera. La efedrina solo era una solución a corto plazo, por lo que seguí investigando y se me ocurrió probar la bromocriptina como solución a largo plazo. Esta droga sube la dopamina y te da energía. Al principio me sentía muy bien, y tenía más energía. Pero también me producía insomnio y me hacía ser demasiado impulsivo.

Invité al amigo A a mi piso, y la convivencia no fue nada buena. El señor A había estado estudiando en otra ciudad durante mis 18 años, que coincidía con mi primer año en la carrera. El siguiente año se disponía a estudiar en la misma ciudad que yo, y me preguntó sobre quedarse en mi piso mientras que buscaba algo.

Tras pensármelo le dije que sí, y este fue el peor error de mi vida. Tengo aquellos recuerdos borrosos, por lo que es posible que me equivoqué en el orden. Tras llegar al piso, toda esa mascara de amabilidad y respecto se desplomó de repente. El tío estaba obsesionado con ligar y me daba la sensación de que +90% de las cosas que salían por su boca eran rutinas.

De nuevo allí empezamos a tener roces, y yo me creía que era por lo de quedar por encima, por lo que allí que estábamos en persona creía que era un momento más adecuado para compartir mis teorías, y le leí cosas de análisis transaccional. Su respuesta fue reírse en mi cara.

Todo el tiempo que me acercaba a él me sentía despreciado, no dejaba de llamarme marginado e insinuarme que tenía una enfermedad mental. Por lo que terminaba cogiéndole miedo y recluyéndome en mi cuarto.

Paralelamente en las clases tenía la certeza de que estaba hablando con todo el mundo, pero al alejarme me entraba la duda de si estaba paranoico por efecto secundario de los medicamentos. Terminé dejando la bromocriptina ya que me dí cuenta de que me estaba haciendo más mal que bien. Y decidí empezar con brupropion, que era antidepresivo, mejoraba la concentración y la energía.

Me había prometido librarme de A si no cambiaba su actitud y así fue. Después me quede solo pero me decía a mi mismo que mejor eso que estar mal acompañado. Tanto en mi puedo como en la facultad tenía la sensación de que todo el mundo hablaba de mi, y no lo podía soportar; lo interpretaba como una traición.

En la facultad no dejaban de reírse de mí, y no entendía porque. Era una pesadilla hecha realidad. No dejaba de darle vueltas y nunca encontraba una respuesta que tuviera sentido. Creía que incluso mi familia esta involucrada pero me decían que no pasaba nada, que me creía que era demasiado importante si me pensaba que la gente iba a estar pendiente de mi. Y yo no sabía que pensar, alternaba de un extremo a otro continuamente. Algunas veces no podía parar de pensar que me están espiando en mi casa con cámaras o micrófonos o me están espiando mi ordenador o mis cuentas de correo

En ese momento todo el mundo con quien hablaba me daba la sensación que pensaba en lo de quedar por encima. Yo solo quería llevarme bien con la gente como antes, e intentaba ser amable y no hacer cosas que molestaran, pero era demasiado impulsivo y me costaba controlarme en el momento. Me parecía que se referían a mi cuando criticaban algo de quedar por encima. Ahora todo el mundo desconfiaba de mi y me trataba mal, y no entendía por qué.

Desde el principio me sentía mal por ese problema de "querer quedar por encima", ya que tenía disputas con la gente. Yo solo quería llevarme bien con la gente. Pero llego un punto que me sentía mal por no ser capaz de controlarlo, aunque hubiera hecho grandes esfuerzos para lograrlo. Ya entraba en duda cuando decían algo de quedar por encima, como si hubiera hecho algo mal, y tenía grandes preocupaciones de lo que pensaran de mí. Me imaginaba que si hacía lo que decían se portarían mejor conmigo, por lo que seguía intentando evitarlo.

Me sentí tremendamente arrepentido por haberlo contado a la gente. No solo no me habían ayudado ni había logrado nada sino lo contrarío. La gente se había inventado que quería quedar por encima para ligar, y que lo hacía queriendo. Yo me acuerdo que hacía cosas de la seducción que había relacionado con quedar por encima, pero era porque lo recomendaba la seducción no por querer quedar por encima. La relación con quedar por encima era una hipótesis en realidad, y la había compartido.

Había investigado mucho también sobre el aislamiento social y su relación con la depresión. Parecía que era necesario salir del aislamiento social para resolver la depresión y por eso me obsesioné con hacer amigos y tener vida social, siguiendo consejos de http://www.succeedsocially.com A veces me creía que me portaba mal con la gente porque esta paranoico, lo cual tiene relación con el trastorno bipolar.

Yo me sentía muy solo y aburrido en la nueva situación. Quería conocer a gente y tener una vida social. Me acuerdo que iba a clases a las 8 de la mañana y salía a las 12 y ya no sabía que hacer el resto del día. Para colmo, los cambios de humor y los problemas de concentración no hacían más que aumentar. No dejaba de aumentar la cantidad de apuntes pendiente de estudiar y simplemente no podía estudiar la mayoría del tiempo, y eso me deprimía.

Desde que empecé con el bupropion, al principio me pareció que mejoró mi situación, pero seguía teniendo problemas. Fui al psiquiatra y me dijo que continuará tomando el brupropion si me iba bien. Se escandalizo con mi decisión de tomar bromocriptina. Era un agonista dopa, y los antipsicoticos que manda el (más apropiado en mi caso) son precisamente antagonistas dopa. Me dijo que eso podría haber hecho que me imaginara cosas, y como había preguntado a gente si pasaba algo, eso mismo podría haber causado la situación de que la gente estuviera pendiente de mí y demás.

El psiquiatra me decía que no me podía ayudar con el problema de concentración porque todos los medicamentos que conocía estaban contraindicados en caso de trastorno bipolar (podrían exacerbar los cambios de humor). Me dijo que había que solucionar primero el problema con el ánimo, y entonces probablemente el problema con la concentración se resolvería solo.

Cuando salía a la calle tenía pensamientos de que la gente me conocía por la forma en que me miraba o me criticaba. Desde que empecé con el bupropión, tenía la sensación como si le leyera la mente a la gente, y casi siempre eran cosas malas. Simplemente se me venían pensamientos a la cabeza en segunda persona cuando veía las caras de las personas y casi nunca eran cosas buenas.

A principio de mes, un día empecé a escuchar unas voces que procedían del piso de en frente mientras estaba en mi cuarto. Reconocí gente de mi facultad. No entendía muy bien de que iba todo aquello.

Al principio estaban de buen rollo, pero todo ello era un engaño. Se habían propuesto engañarme todo lo posible porque se los había criticado. Al día siguiente en las clases empezaron con el desprecio, me criticaban indirectamente cuando estaba delante para hacer que me sintiera mal. Era como una venganza.

Fueron pasando los días y el esquema se repetía, había periodos de tiempo en los que me trataban bien, para después pasar de golpe al "modo desprecio".

Empecé a hablar solo en mi cuarto, ya que parecía que se enteraban. Pensé que la vecina podría tener un micrófono, o que se lo estaba contando todo.

Uno de los primeros días, volví cabreado de las clases porque me habían vuelto a engañar y dije si pudieras.

Después de todo lo que había ocurrido dos años atrás, sentía que ya había aprendido todo lo necesario psicológicamente para que no se volviera a repetir nada parecido. Sobre mayo del mismo año, me dí cuenta que todo lo ocurrido tenía relación con el mobbing. Fue muy relevante el punto donde se evidencia de que en un diagnostico los rangos del mobbing pueden parecer delirios autorreferentes cuando en realidad ocurren de verdad.

Yo no salía de mi asombro. Después de todo lo que habían hecho parecía que querían continuar. Y en algún momento simplemente dije lo que pensaba: que lo volverían a repetir si pudieran.

Me engañaban haciéndome creer que se arrepentían de haberse portado tan mal, y que ya se iban a "portar bien". Me pensaba que ellos estaban allí hablando por pasar el tiempo y al día siguiente simplemente no volverían a aparecer.

Ese día me hackearon todos los ordenadores y dispositivos. Parece que se habían obsesionado con hackearme porque se pensaban que era un hacker.

Todo venía de una casualidad de un momento que dije "Putada" por whatsapp unos minutos después de que lo dijeran en el grupo en el que estaban conspirando contra mí, aunque las sospechas de hacker ya las tenían de antes. En algún momento dije que si estaban paranoico era porque te sentías inferior.

Ellos lo relacionaron con lo de quedar por encima y todo lo que paso era que me habían estado enparanoyando para quedar por encima. Así cuadraba todo. Se llama gaslighting. Me habían hecho creer que estaba loco durante mucho tiempo pero eso no era suficiente para ellos. Yo tenía la esperanza de que esa "broma" acabara muy pronto.

Intentaba solucionar el desastre informático cambiando todas las contraseñas y formateando todos los ordenadores y dispositivos. Parecían darse cuenta de muchas cosas y me llegué a creer que había una cámara, o que me estaban leyendo la mente. O las dos cosas a la vez.

Tanto en el piso, como en el coche como en las clases me sentía vigilado y juzgado, y me hacían sentirme mal. Me intenté ir lejos pero aún así mientras andaba por las calles procedían voces de las casas, y parecía que había gente que me seguía y seguían comentando cosas sobre mí.

Puse un estado en el móvil sobre que parecía Seahaven. Todos estaban pendientes de mi. Parecía que me vigilaban en todos lados, conocían todo lo que había pasado en mi vida, y que tenían preparado todo lo que hacían cuando yo estaba delante.

Para colmo las mismas voces que escuchada en el piso las empecé a escuchar en el coche. En la clase un compañero dijo que me habían instalado una raspberry pi en mi coche. Me obsesioné en buscar esta Raspberry pero no encontraba nada.