Buenas... ¡Tocho a la vista!
En esta madrugada de Martes me digno a escribiros y pediros consejo, o simplemente alguien que me lea y me sepa decir algo. Supongo que más de uno y más de dos habrá pasado por las mismas situaciones así que...
Soy un tío genial a ojos de las chicas, soy simpático, las hago reír, tengo conversación, soy ingenioso! No soy feo, soy interesante... sé hacer un poco de todo, hago deporte, soy un tipo activo pero disfruto de quedarme en casa, un todoterreno vamos...
Pero una y otra y otra y otra vez caigo en la escalera de los amigos, en esa puñetera escalera de la que no hay huevos de salir.
Sé cual es mi defecto, y cada día me quemo más por ello, mi defecto es que soy demasiado bueno. Si, como suena, soy demasiado buenazo con ellas, demasiado atento, demasiado felíz, demasiado... disponible. Hay ocasiones en las que me odio a mi mismo por ser como soy, ocasiones en las que me digo a mi mismo "¿Como siendo como soy no lo consigo?"
Y todos los días, todos los puñeteros días me quema más pensar que en este mundo hay que ser un cabrón para poder ser felíz junto a una persona que de verdad quieres.
¿En que cabeza cabe que tengas que hacerle daño a la persona que más quieres... para poder ser felíz junto a esa misma persona?
Ya me ha pasado un puñado de veces y la verdad, cada vez acabo más y más quemado... y de ese puñado de veces, las chicas en cuestión han acabado liándose con "amigos" mios (nótense las comillas) delante de mis narices. Pocas cosas me han dolido más que esas situaciones.
La última chica, en la que no puedo dejar de pensar, me la presentó mi "mejor amigo" con la intención de que intentase algo con ella. La chica es un encanto... y es tan encantadora que me terminé pillando por ella. Ella me quiere con locura, pero sólo como a un amigo, claro, para variar.
Pero lo interesante del asunto es que el que era mi "mejor amigo" empezó a tontear con ella y, en resumen, los mandé a los dos a tomar viento antes de tener que enterarme del final de la historia.
La chica no tuvo culpa de nada, así que seguí manteniendo el contacto con ella y seguimos igual que siempre, con la condición de que no me contase NADA de lo que tuviese o dejase de tener con "ese" trozo de mie... en fin, que me pierdo.
Día a día me quemo más y más y no se que hacer, si dejar de verla aun haciéndole daño para quitármela de la cabeza o seguir aguantando como un campeón pensando en que pasará y volver a la historia de siempre, la que siempre se repite, en la que los dos tortolitos son felices y yo acabo hecho puré de trocitos de alma machacada.
¿Algún consejo? Ah, por cierto... por si alguno me va a decir que le diga lo que siento... ya lo hice, por eso sé que sólo soy un triste amigo.
Asco de vida...