"Esto me pasa por aguantar" pensó, mientras miraba sus manos cubiertas de sangre. Cada bala esquivada, una oportunidad menos para acabar con su dolor. Un alivio y una condena a seguir sufriendo. Comenzaba a pensar que quizás se había acabado el tiempo de esquivar balas y levantarse tras recibirlas sobre su cuerpo. Posiblemente era mejor no seguir luchando y que la próxima bala fuese la última… No valía la pena seguir viviendo así. Luchar lo mantenía con vida, pero cada bala dolía más que la anterior. Así que se paró a pensar fríamente y decidió dejar de luchar. Era en vano. Sabía que no dejaría de recibir balazos. Uno tras otro. Tarde o temprano iba a morir. Estaba perdido. Se levantó ante la tensa mirada de sus compañeros. Era un blanco fácil. Sonrió al enemigo. Sabía que iba a morir, pero también sabía que no podrían seguir haciéndole daño. Cerró su puño sobre su pecho y cerró los ojos. Recibió varias ráfagas que acabaron con su vida...
Y con su sufrimiento. Nunca más sufriría. Nunca más…