Bueno, pues para Kenyi, Suache, Macer K, Muad did, Delbruck, y en especial al genio Fidias, porque esperaron mas...
- Si no discutes la opinion de una persona, es porque ni persona ni opinión te importan lo suficiente - RGF.
Nunca es fácil.
Cúantas veces habré cogido este autobús, camino de la felicidad, camino de su casa... Las nueve en mi reloj y las farolas encendidas, altivas y orgullosas brillan en lo alto y pasan de largo; no dejan de pasar...
¿Cómo es posible que todo lo que vivo y conozco, vaya a cambiar tan rápido?. Supongo que la vida es así; una carretera, un camino, y las luces que se van tras de mí, ajenas a todo ruego para detenerse.
Lo que hemos compartido y luchado, lo que las dos hemos sufrido y ¿para esto?. No me puedo creer lo que estoy haciendo...
El autobús se detiene, y pasadas las 21 horas de vida el día me empuja a caminar hacia su puerta. Parece que fuera ayer la primera vez que pulsé su timbre, y en cambio, desde entonces, habrá sonado no menos de 100 veces a petición mía, y quizá hoy, lo haga por última vez.
Ana es mi amiga, y mi novia desde hace un año y 4 meses, y hoy vengo a cortar con ella.
Han pasado unos segundos desde que pulsé el timbre, y al otro lado de la puerta se ollen carreras, cosas que se caen, y la dulce y angustiada voz de Ana que dice: - ¡Enseguida abro, un segundo!.
En la ducha, apuesto a que estaba en la ducha.
- ¿Quien es?.
- Soy yo, Maria.
- ¿Cielo, que haces aqui?.
Ana abrió la puerta, con una escueta toalla en el cuerpo, y otra envolviendo su pelo, que dejaba escapar gotas hasta el suelo. Lo sabía, estaba en la ducha.
Nos dimos un pequeño beso, y entré. Ana y yo teníamos desde hace tiempo problemas con lo nuestro, y para no hacerlo difícil, empezó a remitir en sus detalles de cariño.
Me miró a los ojos, con una complicidad que seguramente extrañaré en el futuro, y asintió con la cabeza.
- Ya se a lo que vienes, porque esto tendría que llegar.- Dijo Ana con un nudo en la garganta. Por si tenía dudas de que me quería, un sacrificio más; sabe lo que es, Dios sabe lo que le duele, y aún así, intenta ponermelo fácil. ¿Estaré haciendo lo correcto?...
- Yo, yo.- - NO digas nada, pása y siéntate; me pongo algo, y estoy contigo -. Me interrumpió.
Desapareció por la puerta del dormitorio como un fugaz destello, y me encaminé hacia el sillón, que tantas cosas (Risas,llantos,discusiones y sexo) había compartido conmigo.
Pasaron los minutos y desvié mi atención hacia el dormitorio; no tardé en oir sollozos...
Apoyada en el marco de la puerta, no me atreví sino a mirar, la fragilidad de Ana, que envuelta en llanto, parecía ser de cristal.
Me acerqué, y la rodeé con mis brazos, notando como temblaba contra mi pecho, sintiendo en mí el dolor de un corazón, que teniendo tanto por amar, tiene ahora las puertas cerradas...
Cuando se hubo calmado, hablamos sobre ello. Le conté lo de Alberto, mi compañero de oficina, por el cual, parecían haber surgido fuertes sentimientos, que no podía ignorar. Pasamos muchas horas de charla, llantos y recuerdos, y cuando llegó la hora de terminar, mi mejor amiga me dió un gran abrazo, deseándome lo mejor en mi nuevo camino.
Con resquicios de mar en los ojos, nos despedimos por el momento, porque pronto volveríamos a vernos; cuando unas cuantas luces hayan pasado...
La puerta se cerró tras de mí, y dados un par de pasos, me giré para observar de nuevo el timbre. - Parece que seguirás a mi servicio.- Dije en voz alta sin darme cuenta. Y con una leve sonrisa me encaminé hacia la noche....