Siempre es recomendable reinstalar, aunque, si los ordenadores tienen ciertas semejanzas, el Windows puede adaptarse fácilmente del uno al otro. Para estos casos hay una herramienta llamada SYSPREP que permite liberar al Windows de la capa de hardware para facilitar estas situaciones. Ahora bien, si el ordenador anterior ha muerto no te queda otra que enchufarlo "a pelo" y rezar porque funcione.
Eso sí, de la licencia olvídate. Tendrás que volver a activar el Windows. Y si estabas usando una licencia OEM no podrás usarla en el nuevo equipo.