Desde siempre, nunca me ha gustado conservarlas, ya que para mí éso significa empaquetarlo todo en una caja y al ático. Al menos era rarísimo que siguiera jugando con la antigua consola al comprar la nueva por el cambio tan basto de calidad gráfica que había, y sobre todo, porque ya me había jugado todo el catálogo que me interesaba de la antigua y no le veía mayor interés.
Ésto me pasó con el cambio de Atari 2600 a NES, de ésta a PSX, luego a PS2 y por último, XBOX 360. Antiguamente al cambalache, más tarde en tienda de segunda mano y finalmente por internet.
Tampoco es que sea mucho de rejugar, como mucho a algún clásico de la época de 8 y 16 bits, y para éso ya tiro de PC.