"Dejo esta video-grabación holográfica en una cámara sellada dentro de uno de los conductos de ventilación de la Gran Pirámide, con la esperanza de que alguien la encuentre en el futuro.
Siempre me habian fascinado las famosas pirámides de Egipto, ese enigma indescifrable del pasado. Llegaron casi ha obsesionarme. Estudié arquitentura sólo con el propósito de averiguar cuál había sido el maravilloso método que los antiguos utilizaron en su construcción. Al final, desarrollé una completa teoría.
Sabía de donde sacaron los materiales, de qué máquinas se sirvieron, cómo emplearon la mano de obra; lo sabía todo. Y publiqué un pequeño ensayo con mis descubrimientos.
En el año 2065, un investigador particular ideó una forma de viajar en el tiempo. Era la gran oportunidad que había estado esperando. Al fin sabría si mis suposicones habían sido acertadas. Me puse encontacto con aquel sabio. Conversamos largo rato. Me habló de la existencia de un pequeño problema. Su máquina podía enviar a un hombre a cualquier momento del pasado o del futuro, pero era inzapáz de hacerlo regresar. El viaje era sólo de ida, al menos hasta que consiguiera perfeccionar su invento.
No lo pensé. No estaba casado y no había nada que me persuadiera a permanecer en mi propio tiempo. Y el deseo de conocer, de verificar mis teorías era demasiado tentador. Corrí el riesgo y me sometí al experimento.
Aparecí en el delta del Nilo, varios miles de años antes de mi propio nacimiento. Había ajustado al máximo el momento exacto, basándome en las dataciones cronológicas más precisas. Pero allí no había nada. Nada. Ninguna de las grandes pirámides. Absolutamente nada..., excepto un grupo de egipcios prehistóricos que me miraban con sorpresa y veneración...
¿Qué querían que hiciera? ¡Tuve que construirlas!"
Microrelato de José MArtín Palacios para La Rosa de Los Vientos, además fue el primer microrelato que se emitió en antena, el primero de 110.