La aldea despierta bajo un cielo rojo. Hoy no será un día normal, todo el mundo lo tiene claro desde primera hora de la mañana. Ayer se habló del plan que iba a tomar nuestra aldea para hacer frente a esta maldición y hoy se producen ácidas asambleas en las que se debate quien será el hermano cuya alma probará su pureza ante las llamas.
El día fue largo y no hubo consenso, así que leonevil el Reverendo, tenía que decidir por el bien de todos. Los candidatos fueron los siguientes :
Eric Draven
Sikus
SergioXp
Montal
Darix
Chuck
dark_hunter
sandswalker
Ser Ultrax
Agubelu
Magico_johan
destructor
Darkness
Y leonevil finalmente se decantó por
destructor.
Mientras tanto, los Arcángeles San Uriel y San Miguel se dirigían hacia la aldea. San Gabriel ya llegó a esta aldea el día de ayer, y por tanto hoy pudo avanzar con su investigación. Se dirigieron a la plaza del pueblo, en la cual se había preparado una inmensa pira. San Miguel entró en el cuerpo de un espectante aldeano, el cual ahora cumple su voluntad. Pero San Uriel quiso encarnarse en el hombre más sabio de la aldea. Se dirigió hacia destructor, atado en la pira porque entendía que debía salvarle la vida. Pero cuando penetró en su cuerpo, se dio cuenta de que sus poderes angelicales jamás podrían deshacer la trampa de cuerdas que ataban a destructor.
Resignado, destructor ya poseído por San Uriel afrontó su muerte de la forma más honorable. Su cuerpo ardió y un humo azul emanó de la pira, que no era otra cosa si no el alma del arcángel San Uriel, que se dirigía al cielo con la sensación de no haber podido cumplir su objetivo. El humo azul fue seguido por un humo negro, que duró hasta que el cuerpo de destructor fue consumido completamente por las llamas. Desgraciadamente no quedaron restos que poder enterrar, destructor no podría alcanzar la paz ni siquiera una vez perdida la vida. El pueblo no salía de su asombro. El sentimiento de culpa estará presente en todas las casas esta noche, pero sobre todo en la del reverendo.
Resumen : destructor era San Uriel y lo habéis quemado mediante la decisión del reverendo