Los modernos, con dificultad elevada (que requiera un nivel elevado de habilidad, no que sea inasequiblemente difícil). Son mucho más técnicos, y partiendo de una mecánica muy sencilla plantean retos que lleva mucho tiempo superar.
Los clásicos también me gustan, pero menos en general, porque las partidas son más lentas, y el factor diversión (esquivar, destrucción masiva) es menor, y está muy diluído.
Saludos.