Vuestras creaciones!!

Nadie escibe nada? Solo poneis libros o comentais sobre libros que habeis leido? Poned textos vuestros!! Esta tarde, si puedo, subire mis primeros capitulos!!

Salu2 a todos!
El mes pasado ya salió a la venta mi primer libro... :) Creo que no es posible poner los links aquí por temas de spam, autobombo y demás. Pero la verdad es que estoy contento. Estoy trabajando en una primera novela pero me prohibo a mi mismo sacar nada a la luz hasta que no salga.

Saludos.
chesire escribió:El mes pasado ya salió a la venta mi primer libro... :) Creo que no es posible poner los links aquí por temas de spam, autobombo y demás. Pero la verdad es que estoy contento. Estoy trabajando en una primera novela pero me prohibo a mi mismo sacar nada a la luz hasta que no salga.

Saludos.


Q suerte :P Como se llama? de q va? anda, cuenta un poco...

Yo escribo en mi blog, aunque lo tengo algo abandonado por la proximidad de los examenes y xq empecé a escribir una novela para presentarla a un concurso. Ojalá me la publiquen aunque no gane el premio ^^
Si cuatro capitulos os interesan puedo subir lo mio xDD

Uau! como te sentiste cuando publicaron tu libro¿
Bueno, no es por quitarle importancia, pero lo hice con la editorial LULU donde tu te lo guisas, lo maquetas, lo preparas y ellos lo editan e imprimen, pero solo bajo demanda.
Pero tener en papel y bien editado es un lujo.
El libro no son mas que historietas de humor, un pelo exageradas. Estoy contento porque se ha vendido bastante más de lo que se esperaba (se han vendido 30 en un mes), si alguno le interesa ver algo en mensaje privado puedo pasarle el link al blog donde hago los experimentos.

Animate a poner los 4 capitulos, me encanta leer "bocetos" :D
vaya, me dice "La extensión doc no está permitida"
tonces no se como subirlos :S
copia el texto y pégalo ;-)
Ahi va xDD






1.



- ¿Pete? ¿Qué coño haces? Suelta la espada.

- Pete suelta la espada...Pete haz esto…Pete haz lo otro…Pete bla, bla, bla. Estoy harto de que siempre me digas lo que tengo que hacer, harto de ser tu perro.

- ¿¡Qué?!. Si no fuera por mí tus padres ya te habrían echado de tu casa, ya te habrían echado del instituto, a saber dónde estarías. Me lo debes todo. Y ahora quieres matarme. ¿Sabes qué pienso? Que siempre me has tenido envidia, por ella y por todo lo demás. No estás orgulloso de lo que eres, y crees que con el libro cambiarás algo… Ni siquiera sabes cuidar ni de tu perro. Pobrecito, donde estará… ¡Ah si! Ya me acuerdo, muerto.

- ¡Cierra la puta boca y dame el libro!

- Ven a por él.

Los que un día fueron amigos se enzarzaban en una sangrienta batalla. Him no podía entender a Pete. ¿De verdad sentía tanto rencor por él? ‘¿Pero que te pasa Him? ¡Vamos! ¿No eras tan valiente y tan fuerte? ¡Ataca maldito hijo de perra!’ – gritaba Pete. Sus ojos estaban llenos de sangre y odio.

Ya no quedaba alegría en Thrall. Tan solo se oían los gritos de un loco y el tronar de las espadas al chocar. Los árboles, en lugar de frutos, sacaban espinas y lloraban. Las flores se ennegrecieron, los lagos se secaron. Ya no se veía el sol, una nube agonizando rayos y truenos se apoderó de la preciosa luz de la vida.

Mientras, Light y Kyle se dirigían a Thrall, donde Him luchaba por salvar el libro, y Pete por apoderarse de él.

- A galope Light, temo por la vida de Him.
- Yo temo por la vida de todos nosotros…
- No dejaré que te ocurra nada.
- Kyle… ¿Crees que..
Cortándola - ¿Lo ha poseído? ¿Es que no has leído el pergamino? Pete lo confesaba todo y describía su plan con todo detalle. Me sorprende que no hubiera faltas de ortografía.

“… Y no pararé hasta tener todas sus cabezas colgadas en mi pared. No pararé hasta derramar toda su sangre. Ellos no se merecen el libro, ¡no saben utilizarlo! Con el poder que tiene… podría… hacer lo que quisiera, ¡sí!, sería… Dios. No necesitaría siete días para crear una raza tan mediocre y llena de imperfecciones, en un mundo dónde el hombre tan solo comete errores, pero yo acabaré con todo eso.

Debo invocar a Yaffáh. Con su poder no habrá nadie que me detenga. Ni siquiera tú…Him…No pararé hasta tener tu cabeza colgada en mi pared…”

- Sí que lo leí Kyle. Si te acuerdas llevo todo este tiempo contigo pedazo de burro. Lo que pasa es que no puedo asimilarlo…

- Dime Light. ¿Cuánto tiempo llevamos con esta guerra?

- No lo sé… ni siquiera recuerdo de dónde salió el libro…

Dejó de llover, pero despertó un fuerte viento, helado, cuyo rugir haría temblar de miedo a cualquiera.






























2.



Cinco de la tarde. Hacía un día soleado. Las hojas de los árboles no se movían, por lo tanto no soplaba el viento. Tan solo una ligera brisa entraba por la ventana de la habitación de Him.

- ¿Es que no piensas hacer nada en todo el día? Te recuerdo que has suspendido cuatro asignaturas esta evaluación. ¿No te das cuenta? Así no llegarás a nada en esta vida. Tienes que trabajar duro, ser responsable. Cuando era pequeña no había dinero en casa y me pasaba el día estudiando. Sigue el ejemplo de tu padre.

- ¡Oh…! Que venga un ladrón, me pegue un tiro y acabe con esta bocazas que no sabe cerrar la boca ni debajo del agua… - pensaba el joven – Sí, mamá…

Su madre continuaba gastando saliva, pero él no la escuchaba, sino que miraba por la ventana. Se oía el ruido de los coches al pasar, el cantar de los pájaros apostados sobre la antena parabólica, el borracho de la esquina, que otra vez tenía bronca con el perro de la vecina, la señora Vince. Tenía ochenta años, venía de Londres. Justo el primer día que llegó ya le pegó con el bolso a Chimo, el borracho. También se podía escuchar a la banda del ático, un grupo de Blues. ¡Que buenos que eran! Y de ruido de fondo, se oía el sermón diario de Mamá.

- Me voy a dar una vuelta.
- De eso nada jovencito, yo contigo no he acabado.
- ¿No necesitabas cebollas?
- Ah, ¡sí! Pero cómpraselas a Puri, que las vende más baratas.
- Adiós Mamá – dijo dando un portazo al salir.
- Este chico…siempre me enreda. Ya veremos cuando vea las notas.

La luz del sol deslumbró a Him. Recordó que una vez su prima le contó que una profesora suya les explicó que el ojo tiene capas, y que si te da un destello de esos se queman muchas. A Him siempre le hizo gracia eso. La verdad es que su prima y él se llevaban de fábula.

- Mira que llega a ser tonta mi madre. Siempre cae con el mismo truco.

De repente, una voz gruesa e imponente por poco no destroza los tímpanos de Him - ¡HOLA CANIJO! No tendrás un trago, ¿verdad?
- Serás idiota Chimo, un día de estos me dejarás sordo. Y si eso pasa, te meteré un Rioja del bueno por donde tú ya sabes.

- Vaya, me pareció oír a una nenaza.

- Lo que tú digas, y no, no llevo nada, ahora déjame en paz.

- Tranquilo hombre, cuando hayas descargado y estés de mejor humor ven a verme. Estoy en la esquina de siempre.

- Que sí que sí. Estúpido borracho – susurraba mientras se alejaba de Chimo.

Aunque a Him le costara admitirlo, Chimo, el estúpido borracho, tenía razón. Mientras pensaba en su madre, en Chimo, en las malditas e irritantes notas, Him caminaba sin rumbo alguno hasta que cuando recobró conciencia de si mismo y se encontró delante de una tienda de antigüedades.

- Vaya. No sabía que estuviera esta tienda aquí. Bueno, la verdad no sabía ni que existía esta parte de la ciudad. Voy a entrar, no vaya a ser que me pidan un “leuro”.

¡Tilín tilín! Sonaban unas campanillas para avisar que alguien había entrado en la tienda.

- ¡Ala! Esto es enorme – exclamaba sorprendido Him.

Se encontraba en una sala grandísima. No había mesas, tan solo el mostrador del tendero. La nave estaba rodeada por mostradores, los cuales protegían herramientas, armas, escudos, espadas, pergaminos, armaduras, utensilios de cocina, cubiertos, cualquier cosa que hubieras leído en un libro de la Edad Media.
Him estaba fascinado. Todas esas cosas le encantaban desde pequeño. Todo lo que podría haber imaginado se encontraba en alguno de aquellos escaparates. Sin pensarlo dos veces empezó a echar un buen vistazo por toda la tienda. ‘Estás que vendía yo todo esto – decía Him mientras, observando una armadura, vio reflejada una silueta en ella – Chimo, como me hayas seguido hasta aquí te meto en alcohólicos anónimos… ¡Joder! ¿Y tú quien eres? Parece que hoy es el día de dar infartos a Him.

- Tranquilo muchachote. No me interesa matar clientes – decía el tendero mientras reía – Soy el tendero y estoy a tu entera disposición. Te he estado observando y veo que te gustan estas cosas tanto como a mí. La diferencia es que ya llevo treinta años observándolas. Aunque te sorprenda, no son fáciles de vender. ¿Para qué quiere la gente una espada?
- ¡Ei! ¡Para un poco hombre! Si no dejas de hablar acabaré por cortarme las orejas con una de esas afiladísimas espadas. Entre tú, mi madre y Chimo conseguiréis que me vuelva loco.

- ¡El clientote siempre tiene la razón! Dime chavalote, ¿qué quieres?

- ¿Tienes algo con lo que no me deje la paga de todo el mes?

- Escaparate de la derecha.

Him se dirigió hacia donde le señalo el tendero. Lo primero que vio fue un libro. Con solo mirarlo ya quedó como hechizado. Su aspecto era el de típico libro viejo recuperado que perteneció a alguien hace muchos siglos, pero tenía algo. Su aspecto tampoco explicaba su encanto. Viejo, con las hojas amarillentas. La tapa era de un material que a simple vista se parecía al cartón y en el centro de la misma, en relieve y escrito en oro, se podía leer: “Nagrand”.

- ¡Tendero! ¿Por cuánto me lo dejas?

- ¿Esa cosa? Lleva ahí desde que abrí la tienda y nadie se ha fijado en ella. Mira, te la rebajo a la mitad de precio.

- ¡Perfecto! Muchas gracias – dijo Him con una sonrisa de oreja a oreja en la cara.

- Por cierto, me llamo Halá.

- ¿Cómo el Dios?

- No, es un mote. En realidad me llamo Mad, pero mis compañeros de clase se mofaban de mí diciéndome: ¡Halá que feo! Y ya me quedé con el mote.

- No me extraña – susurraba Him.

- ¿Decías algo?

- ¿Yo? No.

- Y ahora vete, ¡y no vuelvas!...dudo que lo hagas – dijo Mad mientras reía maléficamente. Luego, se fue a la trastienda.

Him se apresuró a salir de la tienda. Sacó de la bolsa el libro y lo miró con satisfacción. Luego, se giró y… ‘Pero qué coño…’ – dijo sin poder acabar la frase. La tienda había desaparecido. En lugar de una tienda de antigüedades había un “todo a cien” o “chinos”. La cara de Him, como la nieve misma, transmitía perfectamente un sentimiento de miedo, duda, sorpresa y todas esas sensaciones que suele tener la gente cuando una tienda de antigüedades se convierte en un “chinos” delante de sus narices. Fue un momento muy tenso, más tenso que la primera vez que vio a Light.

- Esto me da más miedo que el leuro. Me voy a mi casa, prefiero a mi madre.

Se había hecho tarde. Eran las nueve de la noche. Him se apresuró a llegar a casa. Entró en el piso, ignoró por completo a su madre, la cual ladraba como siempre, cenó y se encerró en su cuarto.






































3.




- A ver qué tenemos aquí. Nagrand, ¿eh? En historia no recuerdo haber oído ese nombre – Him abrió el libro delicadamente, como si fuera a deshacerse a la mínima sacudida. Al abrirlo, se encontró con una pluma dentro - ¡Vaya! Esto cada vez se pone mejor, pero…esta pluma, seguro que se la habrá puesto el rarito ese – La pluma a la cual se refería Him era de color fuego con líneas doradas, eran como el rastro que dejan en el suelo los riachuelos de agua que desbordan de las macetas cuando Mamá se pasaba de agua al regar las plantas – Es demasiado hermosa como para haberla dejado él. A ver que hay escrito… - Him pasó todas las hojas a gran velocidad en busca de algo que leer, pero no había nada. En la última hoja había algo escrito pero: “El hombre más sabio es el que sabe que su hogar es tan grande como pueda imaginar”. Him acarició suavemente esos dos versos. Intentaba buscarles un significado, pero por más que lo intentaba no lo conseguía – ¿Y para esto nos enseñan filosofía? – Him se ponía nervioso. ¿Para qué le servía un libro viejo en el cual solo había escritos dos versos, a los cuales no podía encontrarles ningún sentido? Para relajarse, empezó a acariciar la pluma y a jugar con ella, luego, cuando se cansó de hacer el tonto, apoyó la palma de la manó sobre la hoja del libro que estaba escrita. La habitación empezó a temblar, Him se estaba asustando. Aunque le extrañaba que su madre no dijera nada. Después del supuesto terremoto, todo se calmó.

- Menudo día que llevo hoy. ¿Qué puede haber sido eso?

¡Pum! Una gran explosión vino acompañada de la traicionera calma. La habitación empezó a descomponerse en partículas de energía. El suelo se iba llenando de grietas a la vez que desaparecía. Ya no quedaba nada en la habitación, tan solo Him y el libro. Ahora todo era nada. Una inmensidad blanca invadía los ojos de Him. Cada vez le costaba más respirar. Ahora su único pensamiento era la muerte. ‘¿Por qué?’ - Se preguntaba - ¿Por qué tengo que morir ahora? ¡Y así! – Lágrimas caían de sus ojos. Aun no le había dicho lo que sentía a Light, no había podido hablar con Pete sobre el instituto, ya no podría ir a comer más kebabs con Kyle.

Mientras la desesperación ocupaba los cinco sentidos de Him, un vórtice de energía, formado por los cinco elementos, embistió a Him. Él ya no pudo aguantar más y perdió el conocimiento.

- ¡Ouch! Qué dolor de cabeza…¿será de...No…ayer no bebí que yo recuerde… ¡Ah, coño! El maldito libro. ¡Mamá!, ¡tráeme una taza de… ¿dónde estoy?

Por unos instantes el dolor de cabeza de Him se camufló con una confusión desorbitada. Lo que ocurrió en su habitación no fue un sueño, a menos que aun estuviera soñando. Pero no era el caso. Se encontraba tendido debajo de un árbol, un árbol muy alto, con largas ramas y muchas hojas, aunque, los huecos que habían entre ellas dejaban traspasar algunos rayos de sol.
Entonces, Him se incorporó, e inútilmente se pellizcó la mejilla.
Después de quejarse por el dolor, echó un vistazo a su alrededor. Se encontraba en un valle. No muy lejos del árbol, había un río, el cual acababa en un lago, y detrás de éste las montañas cerraban el paso. Desvió la mirada hacia otro lado, una llanura enorme, invadía la inmensidad. Aunque, a lo lejos de aquella inmensidad se podía distinguir una pequeña construcción. De repente, un sentimiento de satisfacción y de tranquilidad invadió a Him. No sabía donde estaba pero, la verdad es que no le importaba, ese lugar le hacía sentir como hacía mucho que no se sentía. Pero era normal, teniendo a su madre ladrando todo el día, era difícil tener paz interior. Así que, aunque lejos de casa y sin saber donde estaba, Him se sentía bien consigo mismo. Entonces el dolor de cabeza volvió. Decidió dormir un poco más.

Por raro que le pudiera parecer a Him, no se levantó ningún viento helado, no empezó a llover, no había gente señalándole con el dedo ni criticándole. Paradójicamente, era feliz lejos de casa y lejos de las personas que tenía en estima. Aunque sentía un pequeño gran vacío, le faltaba ella. Pocos días había en los que no pensara en Light. Entonces cerró los ojos.

Se levantó una agradable brisa. Entonces una hoja calló en la cara de Him. Este se despertó por culpa del cosquilleo. La misma sensación de antes. Paz interior. Como estaba atardeciendo decidió ir a echar un vistazo a la pequeña casita que había perdida en el horizonte. Buscó el libro, pero no lo encontraba. Estaba debajo de él. ¡Había dormido encima del libro todo el rato! Se ve que los libros antiguos son más cómodos. Caminó durante hora y media hasta que llegó a la casita, pero en realidad no era una casa, era un santuario. Su estructura era muy parecida a la de los templos chinos, aunque era de color fuego con líneas doradas, eran como el rastro que dejan en el suelo los riachuelos de agua que desbordan de las macetas cuando Mamá se pasaba de agua al regar las plantas.
Esa decoración le era muy familiar. Por instinto abrió el libro y sacó la pluma. En efecto, era igual que el templo. Sin dudarlo, rodeó el santuario en busca de la entrada, y cuando la encontró casi le da otro de sus típicos sustos. Hasta en un lugar que no era la Tierra la gente tenía que asustarle.

- Saludos Elegido – dijo el hombre que asustó a Him. Por poco lo confunde con un budista. Era exactamente igual, aunque sin la peca en la frente y su túnica era distinta. A diferencia del templo, la suya era del color del mar, pero con las mismas líneas doradas.

- ¿Elegido? ¿Me tomas por Neo de Matrix? Me llamo Him y no sé donde estoy. Tal vez tu podrías ayudarme ya que eres la única forma de vida similar a la humana que he encontrado.

- Sí, Elegido. Eres el portador del Elis, eres portador de vida y destrucción.

- No entiendo nada.

- Me llamo Zhang. Llevo eternidades esperando a que se cumpla la profecía. Llevo eternidades esperando al portador del libro. Corazón puro, corazón corrupto, Nagrand es lo que tu quieras: Pura o corrupta. Yo seré tu guía, no es fácil adquirir los poderes del Elis.

- Resumiendo: ¿El libro es el portal a este mundo?

- Elis es mundo.

- ¡Vaya! Y la pluma es para…

- Modificar Nagrand a tu antojo. Aunque te advierto. Una Nagrand corrupta acaba con todo tipo de vida, hasta con la tuya, y libera a Yaffáh – dijo Zhang cortando a Him.

- Y Yaffáh es…

- Todo lo contrario a la vida. La no-vida, muerte, como quieras llamarle. Ten cuidado chico. Su poder de seducción llega más allá de lo que te puedas imaginar.

- Descuida – dijo Him con seguridad. Al principio todo aquello le pareció una locura, pero le empezaba a gustar todo aquello.

- -Esto…¿sabes como puedo volver a la Tierra?

- Apoya la palma de la mano sobre los versos. Tranquilo, el viaje no será tan ajetreado como el primero.

- Me quitas un peso de encima – dijo Him con una gran sonrisa en la cara.

Him abrió el Elis, apoyo la palma de la mano sobre los versos, y un gran portal se abrió delante de él. Tras unos segundos Him despareció y Zhang se quedó de nuevo solo, pero no por mucho tiempo.

- Bienvenido a Nagrand, Elegido.


































4.




- Hola, ¿se puede poner Light?...Soy Him…gracias.

- ¿Si?

- Dentro de diez minutos en el parque.

- Hola, si, estoy bien.

- ¡Perdona! – dijo riéndose - ¿Vendrás? ¡Es urgente!

- Claro. Hace días que no sé nada de ti. Hasta luego tontorrón.

Y los dos colgaron con una sonrisa en la cara y con mariposas en el estómago.

Him y Light se conocieron en la fiesta de cumpleaños de la hermana de Light, Rifle. En realidad no se llamaba así, le pusieron ese mote porque chico que miraba chico que destrozaba. Y no en el sentido de apalizar, sino en el sentido de que el chico, después de conocerla, casi se hacía gay.

Justo al verla, Him sintió no mariposas en el estómago, sintió un huracán, sus ojos reflejaban la luz que desprendía toda Light. Casi se derrite al verla pasar delante de él. En cambio, ella parecía no sentir lo mismo. El chico del libro se pasó toda la fiesta sentado, observando a la chica más hermosa del lugar, hasta que después de las tres copas tuvo que ir a echar aguas menores. Una vez vacía la uretra, se lavó las manos. Al salir del baño, se encontró con Light a pocos centímetros de él. Se quedaron en silencio varios segundos, puede que minutos. Him no sabía que hacer, hasta que ella le echó una sonrisa traviesa y le susurró al oído: “Hasta luego”
Him quedó congelado. Esos ojos, su olor, su esencia, se enamoró al instante. Aunque, después de tres meses, sólo eran grandes amigos, algo nefasto para él.

- Llegas quince minutos tarde, ¡para variar! – dijo ella con una gran sonrisa.

- Ya sabes, mi madre – y los dos rompieron a carcajadas.

- Te tengo que mostrar algo alucinante.

- Me lo imaginaba, me temo que no he podido resistirme

- ¿A qué te refieres?

- ¡Hey! – dijeron dos voces al unísono.

- Perfecto, te tendría que haber dicho que chitón.

- ¿Tan poco te alegras de verme hermanito? – dijo Pete.

- ¿Te digo la verdad, o te digo que no? Y por cierto, como mucho somos primos cuartos – dijo Him riendo.

- ¡Kyle! – gritó Light mientras se abalanzaba sobre el chico.

- ¡Cada día pesas más! – dijo él mientras Light se bajaba de golpe y lo miraba con mala cara y riendo a la vez – ¡Qué pasa figura! ¿Qué es eso tan urgente?

- Vamos a mi casa.

- ¿Y para eso venimos aquí?

- Pete, si te da pereza, ¡no hace falta que vengas!

- ¡Al igual!

- El día que sepa que significa eso… - y los dos se rieron.

- ¿Desde cuando se llevan tan bien esos dos? – le murmuró Light a Kyle.

- Así de bien creo que de hace poco, porque últimamente no iban demasiado bien las cosas entre ellos. Parece que Pete ha cambiado, me alegro de eso, espero que le dure o que no sea uno de sus trucos.


Him, Pete y Kyle se conocían desde parvulario y los tres conocieron a Light en la fiesta de Rifle. Se puede decir que Pete siempre estuvo a la sombra de Him, aunque él tampoco hacía nada para salir.

Llegaron los cuatro a la habitación de Him. Tan desordenada como siempre, pero al menos no estaba destrozada.

- Chicos. Preparaos para flipar – después de decir eso, abrió el libro, y mientras ponía la palma sobre los versos dijo Kyle.

- ¿Un libro? ¿Vas a mostrarnos un libro?

- ¿Nunca has visto uno por dentro? – Him sonrió, ya con la mano sobre los versos.

- Yo prefiero el baj…

Ya no hubo terremoto, simplemente la nada y el vórtice. En cuestión de segundos ya estaban en Nagrand. Todos estaban inconscientes menos Him.

- Oh… ¡la primera vez! – dijo Him riendo mientras daba pataditas a sus amigos para que despertaran, aunque a Light la despertó con delicadeza.

- Saludos de nuevo elegido. Veo que traes compañía.

- ¡Vaya! ¿Hemos aparecido delante del santuario? Mejor, no habrá que andar

- Tu alegría y tranquilidad me reconfortan. Les diré a los otros monjes que me paguen.

- Me he perdido.

- Ah, nada. Hicimos una apuesta. Todos dijeron que te estallarían los sesos antes de aguantar dos viajes.

- Ah. Diles que yo también los quiero. ¡Va despertad ya!

- Mamá…cinco minutos más… ¡Oh, vaya! Que lugar tan…

- Hermoso – dijo Light cortando a Pete.

- Mejor que la ciudad, ¿eh?

- Y que lo digas figura – afirmaba Kyle, dando una palmada a Him en la espalda.

- Elegido, es hora de saber que harás con Nagrand.

- Déjanos solos Zhang, ellos aun no saben de que hablamos.

- Como el Elegido desee.

- ¡Madre mía!, ¿no tenéis otra túnica? Sinceramente, el azul no os favorece.

- ¡A ver cuando aprendes a no pensar en alto bajista de pacotilla!

- ¡Ei! Primo cuarto, no riñas al pobre de Pete.

- Elegido, yo se lo explico.

- Si puedes… - A Him se le empezaba a inflar la vena del cuello, menos mal que intervino Zhang.

- Esto…Pete. Como puedes comprobar, el santuario es del vivo y agresivo color fuego. Nagrand es reflejada a través del fuego. Y nosotros, los Monjes del Elis, representamos el agua, el otro gran elemento, para poder aplacar el fuego cuando sea necesario. Nosotros somos los guardianes del Elis. Lo entenderás más cuando Elegido te lo explique.

- A ver, ah, ¡me llamo Him! El libro no es tan solo el portal a Nagrand. El libro es Nagrand. Cuanto escribamos en el libro aparecerá luego en Nagrand. Para que lo entendáis: Escribo, luego existo. Y como sé que todos estamos hartos del otro mundo, pensé en empezar todos una nueva vida, aquí, en Nagrand. ¿Qué os parece?

Todos dijeron que sí sin dudar. Sus ojos lloraban euforia, felicidad y tranquilidad.

- Tenemos mucho trabajo. No se construye un mundo ni en un día, ni en siete. ¡A escribir! – Gritó Him para animar a sus amigos.

- ¡Si! – Le respondieron todos al unísono, con una sonrisa de oreja a oreja cada uno.
chesire escribió:El mes pasado ya salió a la venta mi primer libro... :) Creo que no es posible poner los links aquí por temas de spam, autobombo y demás. Pero la verdad es que estoy contento. Estoy trabajando en una primera novela pero me prohibo a mi mismo sacar nada a la luz hasta que no salga.

Saludos.

Puedes poner el enlace al archivo directamente y no pasaría nada...

urrarrum, para pegar tu texto mejor abre un hilo nuevo, para que se vea y se pueda comentar ahí directamente.
Por cierto, hay muchos textos de gente aquí, igual no en primera página, pero sí en el resto. Y si no, arriba tienes el hilo de recopilaciones donde puedes ir al tun tun dando a ver qué te encuentras, puede ser interesante.
Y te recomiendo el hilo "Vectores", con microrelatos muy buenos.
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