Parecía una actualización más para Android, desde WhatsApp no se le ha dado importancia más allá, pero es clave para rehabilitar la confianza de sus usuarios tras la sensación de pérdida de control con el polémico signo de lectura de mensaje. No hace falta activar nada, ni dar el consentimiento, por defecto, los mensajes solo serán legibles por el móvil del destinatario. WhatsApp se ha unido a Open Whisper Systems, una firma especializada en seguridad.
La forma en que se codifican los mensajes es punto a punto. Esto significa que, a diferencia del chat de Facebook o Gmail, los mensajes solo se descifran en el móvil de la persona destinatario y viceversa. Al igual que en iCloud, la nube de Apple, WhatsApp no tendrá acceso a los mismos, tampoco si se lo piden las autoridades. Algo que ya ofrecen Cryptocat y Silent Text, poco conocidas, así como la rusa Telegram, cuya irrupción hizo que los usuarios cuestionasen la fortaleza de WhatsApp.
más información
Esta mejora sólo funciona con los móviles que usan el sistema operativo de Google. No se ha dado ninguna estimación de su inclusión en iPhone, pero estaba entre las peticiones más frecuentes de sus clientes.
WhatsApp ha confiado en Open Whisper Systems, una empresa especializada en seguridad que cuenta con varios programas ya en el mercado: Signal, Redphone y TextSecure. Esta última ha sido clave para cerrar el acuerdo con la empresa de Jan Koum. No sólo encriptan sino que han hecho sucesivas muestras en conferencias mostrando sus habilidades, parte del código fuente y pruebas de ataques de los que salieron airosos.
El director técnico de Open Whisper Systems, Moxie Marlinspike, ha explicado en el blog de la empresa que la integración se ha realizado en algo más de seis meses, a la vez que ha desvelado que la intención era hacerlo antes pero la venta en febrero frenó la integración.
Facebook, dueño de WhatsApp, sigue su propio camino en el mundo de la mensajería, ajeno a estas novedades. Puede parecer incongruente, pero es parte del compromiso: mantener la aplicación de Jan Koum al margen de la red social. Solo el márketing se lleva desde los dominios de Zuckerberg, la ingeniería sigue a pocos kilómetros, en el búnker de Mountain View. Esto explica que la red social mantenga su aplicación de mensajería como una distinta de la inicial y que ahora haya añadido una adicional, grupos. Tres aplicaciones: red social, de usuario a usuario y grupos, para comunicarse en Facebook, una estrategia que crea confusión pero que encaja con la apisonadora de Menlo Park, sumar usuarios y que pasen tiempo dentro del ecosistema. Si WhatsApp supera los 600 millones de usuarios activos mensuales, la matriz no le va a la zaga con más de 500 millones solo en su mensajería.
Muchos de estos clientes son la misma persona, pero complementan funciones, amigos y tipo de comunicación. El ecosistema Facebook trata así de neutralizar el avance de otras opciones, especialmente en Asia, donde Line y WeChat siguen ganando terreno.