Quien tenga la más mínima duda de la existencia del Cid (que tiene huevos, muchos huevos...) no tiene más que irse a la catedral de Burgos y ver su tumba, y de paso la de su mujer.
Otra cosa es dudar de lo que se dijo de él históricamente, es evidente que durante el Franquismo se ensalzaba cualquier cosa hasta límites insospechados para defender el patriotismo (Hernán Cortes y un puñado de hombres valientes doblegaron a miles de indígenas mejicanos..., esa frase es literal de un libro de historia de los años 60) pero dudar de la figura del Cid y de su trascendencia en la reconquista cristiana no tiene sentido.