El fin de los juegos como producto. Vas a la tienda. Compras un juego. Enciendes tu consola. Juegas. Con el advenimiento de la distribución digital, debería ser algo así: enciendes el aparato, compras un título y juegas. La experiencia moderna es muy distinta. ¿Por qué? Porque el esquema anterior describe cómo funciona un producto: lo adquieres y lo utilizas. Sólo hay un pago.
Como dueño de lo que compraste, puedes venderlo y rentarlo —
como si fuera una casa o un automóvil. Pero el mensaje de la conferencia que presentó ayer Microsoft fue claro: la muerte de los juegos
como producto es inevitable.
Convertir los videojuegos en un servicio resuelve muchas preguntas, no de los consumidores, sino de las compañías: ¿cómo regular el contenido?, ¿cómo lucrar con las ventas de juegos usados (por las que no recibimos dinero)?, ¿cómo controlar la piratería en mercados emergentes? y, la más importante de todas, ¿cómo convertimos el pago inicial del consumidor al adquirir una consola en un flujo constante de dinero? Un producto, por naturaleza, es abierto: puedes modificarlo y repararlo. Un servicio, por otro lado, establece límites rigurosos con respecto a lo que el usuario puede hacer. Pienso, por ejemplo, en el decodificador de un servicio de cable: ese aparato no te pertenece, el proveedor te lo presta para que puedas disfrutar el servicio de su señal (que es lo que realmente te están rentando). El esquema de la televisión funcionó de maravilla durante varias décadas hasta que surgieron nuevos servicios disruptivos que cambiaron el panorama. El ejemplo más destacado es Netflix, que —hoy por hoy— es la red de televisión con más horas vistas en Estados Unidos (y que ya comenzó la producción de contenido original para su plataforma).
El esquema de funcionamiento de Google TV es idéntico al de Xbox OneEl esquema de funcionamiento de Google TV es idéntico al de Xbox One
Lo anterior no implica que haya algo malo con la televisión, es un medio muy exitoso. Tanto, que compañías
como Apple y Google han intentado capitalizar la pantalla más grande de la casa con un éxito moderado. ¿Cómo? Google TV, por ejemplo, se coloca entre la señal de tu proveedor de cable o satélite y tu televisor para mejorar un servicio por el que ya pagas. ¿Suena familiar? No es coincidencia. Microsoft no es una compañía de hardware,
como Sony o Apple, sino de software. El grueso de sus ingresos provienen de paquetería de programas para oficinas. La división a la que pertenece la marca Xbox contribuye con una cantidad poco significativa de ingresos a la compañía. Curiosamente, el Xbox 360 es el producto electrónico de consumo más exitoso de Microsoft. Frente al fracaso de Windows Phone, Zune y Surface, queda claro cuál es la aproximación que ha funcionado: una consola de videojuegos con capacidades multimedia y un programa de suscripciones. El objetivo final es que todos los televisores tengan conectado un dispositivo que utilice Windows
como sistema operativo. La pregunta, por supuesto, es si tendrán éxito donde otros han fracasado.
Muchos productos han intentado revolucionar la forma en que consumimos televisión. Pocos han tenido éxito y podemos contar numerosos fracasos. Quizá todas las aproximaciones intentaron resolver una pregunta innecesaria. ¿Hay alguien que hoy tenga problemas para consumir televisión? La respuesta es un simple "no". El sistema funciona a la perfección. ¿Por qué insisten, entonces, compañías
como Google y Microsoft en introducir una capa extra entre la señal de mi proveedor de cable y yo? ¿La propuesta de valor es que ahora podré decirle a mi televisor qué quiero ver? ¿El incentivo de compra es que podré utilizar mi televisor para hacer llamadas por Skype (aunque ya puedo hacerlo en mi celular, mi tablet y mi computadora)? Ninguna de estas características son importantes. ¿Recuerdan cómo el Wii tuvo éxito en parte gracias a que el control asemejaba uno de los dispositivos más familiares de la casa? Todo el mundo sabe utilizar un control remoto, pues son eficaces, silenciosos y requieren, literalmente, tu dedo para cumplir su función.
Se estima que 108 millones de estadounidenses vieron el partido de Baltimore contra San Francisco en el pasado Super Bowl 2013Se estima que 108 millones de estadounidenses vieron el partido de Baltimore contra San Francisco en el pasado Super Bowl 2013
Pero las apuestas de Microsoft no están en estas características superficiales. La compañía anunció un trato con el último bastión del modelo de televisión tradicional: la NFL. Con una audiencia masiva en Estados Unidos, es el espacio más atractivo para los anunciantes que ha quedado en el cada día más fragmentado panorama de la televisión. Xbox One promete ofrecer una nueva era interactiva para ver el futbol americano. La pregunta es, claro, si los fanáticos de la NFL que no tienen interés por los videojuegos están dispuestos a pagar cientos de dólares por añadir estadísticas y otras funciones a las que ya tienen acceso por medio de una tablet o una computadora (o que, simplemente, la transmisión de televisión ya proporciona). También habría que tomar en cuenta que muchos rituales sociales relacionados con la NFL significan la participación de los fanáticos en ambientes
como restaurantes y afuera de los estadios.
Además, ya tenemos algo mejor que la televisión interactiva. Nos permite descargar juegos, poner pausa al contenido en video, compartir nuestra opinión en redes sociales, escribir al respecto en un blog, ver repeticiones, consultar estadísticas, ver los programas que queramos y cuando deseemos, y un millón de cosas más. Es posible disfrutarla en nuestros teléfonos inteligentes, en nuestras computadoras, en nuestra televisión y en una infinidad de pantallas más. Esta cosa fantástica se llama Internet y cambió para siempre nuestra forma de consumir contenido.
Queda claro por qué Microsoft apostó por mejorar un servicio tan fragmentado y diferente en cada región: Xbox One busca ser el único aparato conectado a tu televisor (salvo tu Xbox 360, si todavía quieres jugar títulos para esa plataforma, y el decodificador de cable que deberás conectar a la consola para disfrutar de una experiencia interactiva mejorada). El discurso de venta suena muy parecido al de Sony en la generación anterior. El PlayStation 3 lo hace todo, ¿recuerdas? La lucha por dominar la sala de la casa, sin embargo, ya fue ganada desde hace mucho tiempo. Ver la televisión actualmente, significa también tweetear en tu celular lo que acaba de pasar en la telenovela, consultar Facebook en tu computadora mientras ves los comerciales, leer distraídamente una página de noticias en tu tablet, etcétera. Lentamente, la televisión se ha convertido en el ruido de fondo. Siempre está encendida, aunque la atención de la familia esté puesta en otras pantallas. Con Xbox One, Microsoft pretende unificar toda esa distracción y colocarla en un solo lugar. Ahora, mientras ves la televisión, también podrás hacer una llamada por Skype en la misma pantalla. Probablemente será posible conectar un teclado a la consola, así que también será factible tweetear o publicar en Facebook mientras juegas (o tal vez Kinect pueda reconocer tu voz y transcribirla directamente). El punto es que, al pretender unificar un rango tan diverso de formas de entretenimiento en un solo aparato, es imposible ejecutar todas esas tareas mejor que con dispositivos especializados.
Por otro lado, no me parece correcto desestimar la importancia del diseño de una consola. ¿Por qué? Porque todo en él grita la filosofía detrás de su comercialización. El Famicom, por ejemplo, tuvo un diseño completamente distinto en Norteamérica debido a la desconfianza que el público tenía hacia los videojuegos luego de la famosa crisis de 1983. Así, el Nintendo Entertainment System evitó un diseño que pudiera ser asociado con una consola de videojuegos. Para comenzar, emplearon nombres que no pudieran ser relacionados con el medio: "control deck" para la consola y "sistema de entretenimiento" para el paquete completo. De forma similar, Xbox One emplea una estética más apegada a dispositivos electrónicos de entretenimiento tradicionales. Su tamaño sugiere que no necesitas espacio para colocar ningún otro aparato —incluido el 360. La retrocompatibilidad, después de todo, es un paso hacia atrás. Xbox One no quiere compañía de otros servicios o productos (salvo tu televisión por cable y su codificador).
La presentación de Xbox One estuvo claramente enfocada en servicios adicionales a los videojuegos. Microsoft prometió dedicar su conferencia de E3 a mostrar los títulos que podremos jugar
Escucharás diversas opiniones que hablarán de que Microsoft había dado claros indicios de que la presentación de Xbox One estaría enfocada en el entretenimiento y no en los juegos. Curiosamente, ese tipo de declaraciones pretenden defender la presentación, más que exaltarla: "Microsoft no mostró los juegos, pero ya sabíamos que eso ocurrirá hasta el E3", "¿alguien esperaba algo distinto?, no podemos quejarnos", etcétera. Sin embargo, es evidente la prioridad de la compañía luego de esta presentación. Así
como Sony tuvo que mostrar que el entorno de desarrollo del PlayStation 4 no sería el mismo desastre que el del PlayStation 3, Microsoft hizo evidente que su prioridad en este momento es competir por un mercado más grande: los televidentes que ven deportes y juegan Call of Duty. El problema no es que la presentación haya consistido 80% en entretenimiento pasivo y 20% en juegos, sino que Microsoft considere que no necesita hacer algo para convencer a los consumidores interesados sólo en videojuegos para que adquieran su consola. Bajo esta perspectiva, más que un espacio para mostrar novedades, los jugadores verán E3
como un lugar al que Microsoft debe ir y pedirles perdón con juegos. La futura conferencia, no lo duden un momento, estará atascada de títulos y desarrolladores; sin embargo, me pregunto a qué público iba dirigida la presentación del 21 de mayo.
Con puntos clave tan fuertes
como el nuevo control, que luce fantástico; la impresionante infraestructura dedicada a Xbox LIVE; la capacidad de delegar procesamiento a la Nube y un Kinect que tiene potencial para realmente impactar en los sistemas de juego, la conferencia habría podido tener una recepción más positiva. El problema, repito, es que Microsoft no entendió a qué público estaba dirigiendo su extraño mensaje. Seguro, en E3 nos volará la cabeza a todos con títulos y con nuevas formas de utilizar Kinect en un juego, pero sabemos de antemano, que la prioridad de la compañía es reunir el entretenimiento en un solo sistema. Después de todo, éste es el concepto que da nombre a la consola... perdón, al sistema de entretenimiento.
El rediseño conservador del control de Xbox One es un signo de que el esfuerzo de desarrollo principal fue puesto en el nuevo Kinect
Ahora bien, el título del artículo refiere específicamente una cuestión: la desaparición de los juegos
como producto. Microsoft ha sido intencionalmente oscuro para comunicar cómo será posible comprar y vender juegos usados. Todo comenzó cuando la compañía afirmó que todos los juegos, digitales o físicos, se instalarán forzosamente en el disco duro de Xbox One. A partir de ahí, el usuario en teoría, podrá disfrutarlos sin necesidad del disco. Pero, dado que lo anterior permitiría realizar copias ilimitadas de un juego, algún tipo de restricción debe ser implementada. Al respecto, Phil Harrison, vicepresidente corporativo de Microsoft, había señalado un sistema que involucraba introducir códigos que ligaban cierto título a nuestra cuenta de Xbox. Siempre y cuando iniciáramos sesión con esa cuenta, podríamos disfrutar el juego sin importar si estamos en otra consola. Se habló de una cuota que equivalía al juego completo para poder autorizar ese contenido en una cuenta distinta alojada en otro Xbox One; sin embargo, Major Nelson y un correo de Microsoft rápidamente señalaron que lo declarado por el ejecutivo de Microsoft era sólo un escenario posible. Nos quedamos, entonces, con que la única declaración oficial al respecto es que será posible comprar y vender juegos usados de Xbox One y que, por el momento, no habrá más detalles sobre cómo será posible hacerlo.
Mi preocupación surge de la falta de claridad en las comunicaciones de la compañía. Phil Harrison no señaló que eso sería un escenario posible. Las cuentas de Twitter de soporte de Xbox contradijeron tajantemente el pago de una cuota y documentos de Microsoft estipularon que lo único oficial es que será posible comprar y vender juegos usados. Terminar con este desastre de relaciones públicas es muy sencillo: expliquen el sistema. Eso nos da una pista de los planes de la compañía, pues, dado que será necesario un mecanismo especial para comprar y vender juegos usados, los títulos de Xbox One seguramente no siguen el modelo tradicional de juegos
como producto y se apegan a un esquema de servicio. Por otro lado, las declaraciones de Harrison claramente reflejan un escenario que Microsoft está considerando. Bajo esta perspectiva, la compañía en realidad entró en modo de control de daños. Salir del embrollo es fácil, pero la falta de claridad y las contradicciones son síntomas inequívocos de una estrategia que molestará a los consumidores y que debe ser comunicada de forma especial —tal vez en E3 y luego de haber visto los 15 títulos exclusivos que promete tener la consola durante su primer año.
Supongamos que el nuevo esquema de Microsoft efectivamente es el señalado por su vicepresidente corporativo. Imaginemos que, en el futuro, la mayoría de los juegos aprovecharán la capacidad de procesamiento en la Nube del Xbox One. Tu consola siempre debería estar conectada a Internet y los juegos físicos serían, en realidad, compras digitales disfrazadas. El valor de los $60 USD que pagarías por tu copia estaría depositado en un código necesario para registrar la licencia del software en tu cuenta de Xbox. Comprar y vender títulos usados en línea seguramente sería controlado por un sistema propietario de Microsoft, que cobraría una cuota por transacción y tal vez fijaría los precios por un artículo usado. Así, los discos se convertirían en un mero atajo para ahorrar una descarga. En este panorama, nosotros ya no somos dueños de los juegos. Éstos se transformarían en un préstamo similar a una serie de televisión en Netflix, que está disponible mientras paguemos la renta mensual y mientras esté habilitada en el servicio. No debería sorprendernos. PlayStation Plus es, por ejemplo, una aproximación similar: todos los juegos gratuitos del servicio están disponibles sólo si permanecemos suscrito a él.
PlayStation Plus es, básicamente, un servicio de suscripción de juegos
El medio cambia rápidamente. El modelo tradicional de juegos empaquetados se descompone a una velocidad acelerada. Los3 fabricantes de consolas tomaron medidas que permiten, durante esta generación, conservar un modelo híbrido de distribución física y digital. Nintendo se prepara para vender copias digitales de sus títulos en tiendas por medio de tarjetas, los usuarios de PlayStation 4 podrían pasar, si así lo deciden, toda la siguiente generación sin comprar un solo disco. El movimiento de Microsoft es más extremo; todavía no explican qué beneficios otorgará la suscripción de paga a Xbox LIVE en la nueva consola, pero tengan por seguro que muchas de las fantásticas características que vimos en la conferencia requerirán una. Después de todo, el consumidor debe pagar los costos de mantenimiento de esa impresionante infraestructura de 300,000 servidores necesarios para mantener el modelo.
Recuerdo, con cierta ironía, cómo el Wii fue perfectamente capaz de llevar el Internet a mi televisor y cómo utilicé esta característica muy pocas veces. ¿Por qué? Mi computadora portátil era (y sigue siendo) más rápida, cómoda y eficaz. Por otro lado, hace años que cancelé mi servicio de televisión por cable y he sido muy feliz con Netflix y con la compra de películas en Blu-ray. Mi televisor se transformó, desde hace mucho, en una pantalla que presenta el contenido que quiero y cuando lo quiero. Es el centro de mi casa sólo en la medida que me permite disfrutar videojuegos. Pero comprendo que Microsoft va por un mercado más amplio que el que yo represento —uno al que no le interesa ser propietario del contenido que consume.
Los videojuegos no bastan. Microsoft busca ampliar el mercado de forma similar a
como Nintendo lo hizo con Wii en 2006
Las señales están en el aire. Xbox One promete cambiar para siempre la forma en que consumimos videojuegos y busca integrar varias formas de entretenimiento en un solo aparato. Microsoft amenazó con deslumbrarnos en E3 con juegos y buscará expandir el mercado potencial de su consola. En su camino, podría encontrar un fuerte obstáculo si decide introducir medidas restrictivas o cuotas arbitrarias. Pero no nos adelantemos; primero identifiquemos las señales que predicen la inevitable muerte de los videojuegos
como producto. En la pasada conferencia pude identificar varias. ¿La principal? Que Microsoft intente unificar la compleja y fragmentada experiencia de ver televisión en un solo sistema de entretenimiento. Los videojuegos forman parte de ese extraño panorama, pero dejaron de ser suficientes.
Quiero cerrar este texto con un tweet de Tim Rogers: "Dios, la gente está siendo negativa sobre este nuevo Xbox. Da un poco de miedo. Hey: los videojuegos apestan. Gracias por notarlo finalmente."
Autor: Jorge Arellano Fuente:
http://latino.levelup.com/articulos/290 ... /pagina-1/