Amy Hood y Hiroki Totoki, los máximos responsables de las finanzas de Microsoft y Sony, respectivamente, han confirmado de forma más o menos explícita que Xbox Series y PS5 se pondrán a la venta con pérdida. A pesar de ello y al contrario de lo que pasaba hace unos años, esta ausencia de beneficio con el hardware no supondrá ningún problema para ninguna de las dos compañías, que durante el próximo trimestre (y más allá) esperan presentar pingües beneficios gracias a la venta de juegos, contenido y servicios.
En el
caso de Microsoft, durante la conferencia posterior a la presentación de los
últimos resultados financieros Amy Hood reconoció ante accionistas e inversores que el próximo trimestre, el que termina el 31 de diciembre de 2020, esperan “un impacto negativo en el margen bruto por la venta de consolas”. En sus declaraciones la directora financiera no habla en ningún momento de pérdidas, usa la palabra “inversión” a cambio de un aumento de valor de la plataforma a largo plazo.
Hood también avanza que en Microsoft “prevemos una fuerte demanda tras el lanzamiento de las consolas de próxima generación Xbox Series X y Xbox Series S, que impulsarán los ingresos por hardware en aproximadamente el 40 %”. Respecto a los ingresos por juegos y suscripciones, la compañía espera que como mínimo experimenten un incremento del 20 % en comparación al mismo periodo del año anterior. Por su parte, Satya Nadella, director ejecutivo de Microsoft, se mostró "entusiasmado" por el lanzamiento de las nuevas Xbox.
En el
caso de Sony, la compañía ha reconocido, también durante la presentación de su
último informe financiero y por boca de Totoki, que las ventas de PS5 tendrán un pequeño impacto negativo en los resultados de la compañía durante los primeros meses. El directivo no ha entrado en detalles, pero la lógica dice que con el paso del tiempo el coste de fabricar PS5 bajará y eventualmente Sony ganará algo de dinero por cada unidad vendida. En Microsoft debería pasar lo mismo con Xbox Series.
Durante el pasado trimestre la división
gaming de Sony se embolsó 4.100 millones de euros, de los cuales 2.700 millones de euros fueron por la venta de juegos y contenido adicional (tanto
first como
third-party) para PS4, mientras que los servicios dejaron 782 millones de euros en la caja. En Microsoft, su división
gaming cerró el pasado trimestre con unos ingresos totales de 3.100 millones de dólares. Estos números, siempre mejores que los de hace un año, se lograron a pesar de fuertes descensos en la venta de hardware.