Los videojuegos han cambiado mucho, y se puede decir que han evolucionado hacia algo más similar al cine o lectura. Sería impensable un juego actual con la dificultad de antaño, nadie se lo pasaría.
Hace años disfrutábamos jugando por el mero hecho de jugar. Avanzar o pasarse el juego era algo más secundario. A día de hoy, jugamos para hacer avanzar una historia, el propósito es completar el juego, ver su final. Cuando salió Shadow of the Beast fue una revolución, pero es un juego que seguramente se pasaron 1 de cada 10 personas que lo compraron. Aún así la gente lo tildó de obra maestra y la gente jugaba aún sabiendo que las posibilidades de completarlo eran remotas.
Que a día de hoy salga un Shadow of the Beast es prácticamente imposible. ¿Quién va a comprar un juego que sabe que no va a poder completar? Además, el perfil del jugador actual no disfruta ese tipo de videojuego, sino más bien el videojuego tipo película, que está hecho para empezarlo y terminarlo. Hoy en día nadie te diría que un juego que no se han pasado, es bueno. Califican la obra completa, de principio a fin. Parece que si no has visto el final, el videojuego por sí mismo, como experiencia jugable, no vale nada.
Y bueno, algo que ya se ha dicho, los juegos de antes tenían una dificultad alta para que durasen más. Algunos lo conseguían con buenas curvas de dificultad, y otros eran totalmente injustos porque eran terriblemente cortos (Explorer XXXI como ya han mencionado).
De todas formas en su época también había juegos muy fáciles y no por ello eran malos juegos: Golden Axe, World of Illusion...etc. Disfrutábamos jugándolos, la propia experiencia que proporcionaban como juegos y no como retos.