"Me voy a duchar. Chao".
Entorno los ojos, dejo caer la cabeza hacia atrás y te miro sin verte. Oigo el agua. Veo el vapor salir bajo la puerta. Impaciente, nervioso, tratando de no pensar pero al mismo tiempo deseando no dejar de pensarte.
Me obligo a no caer en la tentación de abrirlos ojos para buscarte.
Me imagino ser agua por tu piel. Ser todo el sabor de tu cuerpo. Acariciar tu ser por allí donde nadie ha estado aún. Me siento violento en esta situación, para tí es higiene, para mí es erotismo puro y me has excitado.
Se calla el agua. Giras el pomo. Se abre la puerta. Tu sonrisa, tu cuerpo y todo mi deseo llenando la habitación. Lo que sigue, se interrumpe con el sonido de un zumbido electónico.
Me incorporo, sacudo la cabeza y miro al monitor.