Cuando Google compró el pasado año la división móvil de Motorola justificó su movimiento por la cantidad de propiedad intelectual y patentes que tenía la compañía de telecomunicaciones. Entre estos activos se encuentran varias patentes relacionadas con el codec H.264 y WiFi con las que Motorola, y ahora Google, querían obtener hasta 4.000 millones de dólares anuales de Microsoft. Las patentes teóricamente afectan tanto a Windows como a otros dispositivos de Microsoft como la consola Xbox 360 o la tableta Surface y, hace tan solo unos meses, estuvo a punto de costarle el bloqueo de sus productos en Alemania.
Pero ya queda poco para conocer el resultado de la batalla de patentes, ya que esta semana ha finalizado el juicio en los Estados Unidos y está visto para sentencia. Durante el mismo, Google afirmó que Microsoft obtendrá unos ingresos de más de 94.000 millones de dólares hasta el 2017 con los productos que usan sus patentes y, por ello, insistió en pedir el pago de 4.000 millones anuales. Microsoft por su parte considera que solo debe abonar 1 millón al año, es decir 4.000 veces menos. Hay que tener en cuenta que esta batalla de patentes se engloba dentro de una guerra a mayor escala, en la que están también envueltos Apple y otros fabricantes de smartphones como vimos recientemente con la condena de Samsung.