Que la
compra de YouTube por parte de Google iba a traer consecuencias era algo que estaba claro. Su popularidad sigue creciendo, el pasado año se coló en el tercer lugar de las
marcas más influyentes (con Google a la cabeza, seguida de Apple, Wikipedia en cuarto lugar y Starbucks en quinto), y ahora ha hecho que Google se
replantee su estrategia con Google Video: dejará de funcionar como un servicio de publicación de vídeos y se orientará a la búsqueda, mostrando también los resultados de YouTube.
Pero no queda ahí la cosa. En un futuro cercano, YouTube
compartirá ingresos con sus usuarios, en base a los que proporcionen los vídeos que estos cuelgan.