La
descabellada idea francesa para luchar contra el P2P empieza a extenderse como un virus por otros países. La medida de desconectar a quienes descarguen contenidos no autorizados se está considerando en el
Reino Unido,
Australia y ahora también en
Japón. Sin embargo, en el país nipón la novedad es que la propuesta proviene directamente de los propios proveedores de Internet (las cuatro principales organizaciones nacionales, agrupando cerca de 1000 ISPs).
El acuerdo con los propietarios de los derechos de autor consistiría en que éstos vigilarían las redes P2P y avisarían a los proveedores de los presuntos infractores. Los proveedores primero enviarían un email de advertencia a los usuarios implicados e interrumpirían temporalmente su conexión si ignoraran el aviso, pudiendo conllevar la cancelación del servicio en caso de infracciones continuadas.