Los Moss son verdaderas joyas. Con QGO ya podíamos aumentar la resolución, pero los cambios en la iluminación y el agua seguro que les dan un aspecto más redondo. La segunda parte es uno de los juegos en los que más veces me he parado simplemente a admirar la belleza de los escenarios, y la zona del invernadero me dio tanto síndrome de Stendhal que me tuve que coger la baja dos semanas.
Necesito Moss III para ayer.