Campo Santo ha anunciado en su blog oficial que pasa a formar parte de la estructura de Valve. En virtud del acuerdo, cuyo montante no ha trascendido, la docena de empleados del hasta ahora estudio independiente se mudarán a Bellevue (Washington) donde seguirán trabajando en su próximo proyecto In The Valley of Gods y ofreciendo soporte a Firewatch.
Durante mucho tiempo Valve ha mantenido un perfil muy bajo como desarrollador y editor de juegos. En su lugar se ha centrado en mejorar y hacer prosperar el lucrativo negocio de Steam y mantener a títulos como Dota 2 o Counter-Strike: Global Offensive, dos de los más activos de su plataforma. Sin embargo, recientemente la compañía anticipó por boca de Gabe Newell su intención de “lanzar juegos de nuevo”. El “primero de muchos” será Artifact, un título de cartas basado en el universo de Dota 2.
Campo Santo es un pequeño estudio de 12 empleados y solo cuatro años de historia. En 2016 se presentó ante la industria de los videojuegos con Firewatch, un título de misterio en primera persona que ha conseguido despachar más de 1,5 millones de copias en PlayStation 4, Xbox One y PC. El juego también ha logrado tener el reconocimiento de la crítica y la industria, que durante la Game Developers Conference le concedió el premio al mejor debut y narrativa. Próximamente Firewatch estará disponible para Nintendo Switch.
El actual proyecto de Campo Santo que será publicado bajo el sello de Valve es In the Valley of Gods, una experiencia narrativa en primera persona ambientada en Egipto de 1920. En esta aventura los jugadores asumirán el papel de Rashida, una antigua exploradora metida a cineasta que realiza el descubrimiento de su vida para darse cuenta de que no puede acceder a él sin la ayuda de Zora, un viejo socio al que no quiere ni ver. El lanzamiento de In the Valley of Gods no está previsto hasta 2019.
