Cuando el pasado verano Activision Blizzard fue demandada por amparar una cultura de acoso y discriminación sexual, Bobby Kotick, director ejecutivo de la compañía, se excusó afirmando que no conocía nada de lo ocurrido. Mentía. Eso es lo que afirma The Wall Street Journal, que en un artículo de investigación documentado con correos internos y memorandos sostiene que el ejecutivo no solo conocía de primera mano la existencia de casos de abuso y acoso sexual dentro de la compañía, sino también ha sido señalado.
Por ejemplo, el periodico informa que en 2017 una mujer que trabajaba en Treyarch acusó al codirector del estudio Dan Bunting de acosarla sexualmente. La compañía investigó el caso y en 2019 el departamento de recursos humanos determinó que Bunting tenía que ser despedido, pero Kotick intervino, lo impidió y permitió que siguiera en su puesto. Hoy, a raíz del artículo del Wall Street Journal, Dan Bunting ha abandonado Treyarch. Activision afirma ahora que se le impusieron “otras medidas disciplinarias” que no han trascendido.
Otro caso es el de Javier Panameno, antiguo supervisor de Sledgehammer Games, que fue acusado de violar a una mujer y acosar sexualmente a otra. Una de las mujeres reportó los dos incidentes antes de dejar la empresa en 2017, según The Wall Street Journal, pero Activision Blizzard no investigó el caso ni despidió a Panameno hasta un año después, cuando el abogado de la víctima amenazó con una demanda. Activision llegó a un acuerdo fuera de los tribunales, pero Kotick no informó a la junta directiva sobre el incidente.
El propio Kotick también ha sido protagonista de algunos casos de mala conducta dentro y fuera de Activision. En 2006, una asistente de Kotick que se había quejado de un caso de acoso fue amenazada por el ejecutivo mediante un mensaje de voz donde decía que la iba a matar. En 2007, una asistente de vuelo que trabajaba en el avión privado propiedad de Kotick afirmó que el piloto la había acosado sexualmente y cuando se quejó fue despedida. Ambos casos terminaron con un acuerdo fuera de los tribunales.
Otro ejemplo de la podredumbre de Kotick y la junta directiva de Activision Blizzard es el caso de Jen Oneal, que durante su etapa como colider de Blizzard cobraba menos que su compañero masculino. Oneal, una veterana de la industria con más de 20 años de experiencia en el sector, asumió el liderazgo de Blizzard después de que su presidente J. Allen Brack dimitiera por los casos de acoso y discriminación sexual.
Ante la demoledora investigación de The Wall Street Journal, Activision Blizzard ha enviado un comunicado a los medios donde afirma que el periodico muestra una “visión engañosa de Activision Blizzard y nuestro director ejecutivo”. También acusa al diario de ignorar los cambios que se han llevado a cabo dentro de la compañía. El propio Kotick, que también ha disparado contra la investigación, ha mandado un mensaje a los empleados de Activision Blizzard donde ha reiterado que aplicará una política de tolerancia cero con el comportamiento inapropiado.
Por ejemplo, el periodico informa que en 2017 una mujer que trabajaba en Treyarch acusó al codirector del estudio Dan Bunting de acosarla sexualmente. La compañía investigó el caso y en 2019 el departamento de recursos humanos determinó que Bunting tenía que ser despedido, pero Kotick intervino, lo impidió y permitió que siguiera en su puesto. Hoy, a raíz del artículo del Wall Street Journal, Dan Bunting ha abandonado Treyarch. Activision afirma ahora que se le impusieron “otras medidas disciplinarias” que no han trascendido.
Otro caso es el de Javier Panameno, antiguo supervisor de Sledgehammer Games, que fue acusado de violar a una mujer y acosar sexualmente a otra. Una de las mujeres reportó los dos incidentes antes de dejar la empresa en 2017, según The Wall Street Journal, pero Activision Blizzard no investigó el caso ni despidió a Panameno hasta un año después, cuando el abogado de la víctima amenazó con una demanda. Activision llegó a un acuerdo fuera de los tribunales, pero Kotick no informó a la junta directiva sobre el incidente.
El propio Kotick también ha sido protagonista de algunos casos de mala conducta dentro y fuera de Activision. En 2006, una asistente de Kotick que se había quejado de un caso de acoso fue amenazada por el ejecutivo mediante un mensaje de voz donde decía que la iba a matar. En 2007, una asistente de vuelo que trabajaba en el avión privado propiedad de Kotick afirmó que el piloto la había acosado sexualmente y cuando se quejó fue despedida. Ambos casos terminaron con un acuerdo fuera de los tribunales.
Otro ejemplo de la podredumbre de Kotick y la junta directiva de Activision Blizzard es el caso de Jen Oneal, que durante su etapa como colider de Blizzard cobraba menos que su compañero masculino. Oneal, una veterana de la industria con más de 20 años de experiencia en el sector, asumió el liderazgo de Blizzard después de que su presidente J. Allen Brack dimitiera por los casos de acoso y discriminación sexual.
Ante la demoledora investigación de The Wall Street Journal, Activision Blizzard ha enviado un comunicado a los medios donde afirma que el periodico muestra una “visión engañosa de Activision Blizzard y nuestro director ejecutivo”. También acusa al diario de ignorar los cambios que se han llevado a cabo dentro de la compañía. El propio Kotick, que también ha disparado contra la investigación, ha mandado un mensaje a los empleados de Activision Blizzard donde ha reiterado que aplicará una política de tolerancia cero con el comportamiento inapropiado.
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Ayer les dieron tres días de vacaciones extra para la próxima semana. Le sumas Acción de Gracias y no tienen que ir a la oficina en toda la semana. Sabían que el articulo estaba al caer y han intentado desactivar la previsible huelga así. Personalmente creo que esto es demasiado gordo y la única cabeza que queda es la de Kotick. Pero bueno... Kotick ha hecho ganar tanto dinero a los directivos y accionistas de Activision Blizzard que no lo dejarán caer fácilmente.
Pero esta gente donde contrata al personal. ¿En la puerta de un correccional?