@Scissorman Es que lo de que se nota y no se nota es muy relativo. En mi caso hay gente que me ve normal, y gente que según dice me nota mi tara desde el espacio exterior. Y hay personas que entienden mis mierdas como ser borde, querer faltar, etc y no es para nada mi intención. Yo siempre intento ser agradable y majo, pero no me sale demasiado bien. Entre otras cosas las conversaciones de ascensor las manejo tremendamente mal, y la gente eso lo toma como no querer ser cercano.
También me pasa que cuando alguien se me pone muy gilipollas me pongo nervioso y no soy capaz de hablar.
Recuerdo una vez una jefa gilipollas que se puso a insultarme por una cagada, que aún por encima era de ella. Llegué a un punto que empecé a llorar, y la tía se crecía más y más, y no paraba. Hay veces en esas situaciones que termino llorando, el problema es que la gente no entiende porque estoy llorando y eso es muy peligroso. Yo cuando me insultan y lloro, no son lágrimas de tristeza, son lágrimas de ira, y no callo porque me esté achantado, callo porque todo mi cuerpo está haciendo un esfuerzo titánico por contenerse y no reventar a dicha persona a ostias.
Al final no soy capaz de defenderme de una forma razonable, me peta el cerebro, mis dos opciones son o no hacer nada, o reventar e hinchar a ostias a la otra persona. Evidentemente desde la época del instituto la opción escogida es siempre la 1. Pero eso en las situaciones de conflicto me convierte siempre en la parte que pierde. Puedo tener 10.000 argumentos para defenderme, puede ser que de lo que me acusan sea una mentira como una catedral... pero nada, mi mente en esos momentos sólo piensa por una parte "pegale, pegale pegaleeee!!!!" y por otra "aguanta, joder aguanta, que te metes en un lío de cojones...."