Joseph Schreiber
Esta sección contiene spoilers.
Joseph Schreiber es el falso protagonista de Silent Hill 4: The Room. También se menciona en Silent Hill 3 por un articulo de su propia revista. Joseph era un periodista que vivía en South Ashfield Heights, un complejo de apartamentos situado en la localidad de Ashfield. El apartamento de Joseph era el apartamento 302 - la zona central de Silent Hill 4: The Room.
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Diario rojo
A lo largo de Silent Hill 4: The Room, Henry Townshend aprende más acerca de Joseph a través de las misteriosas cartas rojas que colocan debajo de la puerta de su apartamento, y algunos que encuentra en la misma sala del apartamento y en el mundo de apartamentos. Henry finalmente se entera de que Joseph era de hecho el anterior ocupante del Apartamento 302 y estaba investigando a la Orden, que dio lugar a una investigación en el Wish House (formalmente conocida como "Hope House" en Silent Hill 3). Mientras investigaba los vínculos entre la Orden y los asesinatos de Walter Sullivan, Joseph se encuentra de repente encerrado dentro de su apartamento con un misterioso agujero en su trastero como el único medio de escape.
Al igual que Henry, Joseph había visitado los Otros Mundos de Walter y se había encontrado con varias personas, tales como Jasper Gein, quien se refiere a Joseph como "el hombre entrometido", cuando Henry se encuentra con él por primera vez. A pesar de algunos avances en los otros mundos de Walter (incluso el descubrir una manera de vencer a las víctimas fantasmas), Joseph es testigo de varios asesinatos y con el tiempo sella su trastero por miedo de estar cerca de el. Las entradas del diario revelan más tarde que Joseph sufría de dolores en el pecho, dolores de cabeza extremos y ceguera. Se considera (y especula en gran medida) que el Diario Rojo es su contribución a la memoria de Walter, que representa los pensamientos y recuerdos de Joseph, todos los cuales se encuentran o son entregados en los otros mundos de Walter.
Dador de la Sabiduría
Aunque los medios de su asesinato y la ubicación de su cuerpo son oficialmente desconocidos, Joseph aparentemente nunca logró salir de su habitación y se convirtió en la 15a víctima de Walter. Notable, sin embargo, es que Joseph es la única víctima fantasma que no es hostil hacia Henry. Al llegar al Apartamento 302 del pasado, un apartamento en blanco y negro cubierto de Velas Sagrada, el jugador finalmente se enfrenta con el fantasma de Joseph (una sombra pegada de cabeza al techo del apartamento).
En este punto, Joseph les informa a Eileen Galvin y Henry que la única manera de acabar con esa pesadilla es matar a Walter Sullivan, siguiendo el Tomo Carmesí. Sin embargo al hacer esto, el inconscientemente cumple su papel como el "Dador de la Sabiduría" y Henry cumple el suyo como "receptor de la Sabiduría".
Controlados por el jugador
En el principio de Silent Hill 4: The Room, el jugador es recibido con una vista en primera de la sala del apartamento embrujado. Lo interesante de esto es que durante esta secuencia, el jugador es capaz de examinar ciertos elementos en la sala y el personaje hace comentarios respecto a estos- Cabe destacar que al examinar una foto de Henry Townshend, que es aparentemente el personaje controlado, no se reconoce. Más adelante en el juego, algunas de las observaciones formuladas por el personaje controlado son visibles en algunas entradas de diario rojo de Joseph Schreiber. Por lo tanto, es común pensar que en el comienzo del juego, el jugador realmente controla a Schreiber en lugar de Henry.
Tender Sugar
El video musical de Tender Sugar.En el video de la canción Tender Sugar, se lo ve a Joseph escribiéndose en sí mismo, y juzgando por la letra de la canción, la misma parece tratar acerca de él. La letra de la canción afirma "el dúlce azucar me salva, es el apartamento el que me confina" y sobre cómo él no puede diferenciar entre los sueños y la realidad, la cual puede tratar de Joseph rogando por ser salvado de su apartamento.
Curiosidades
- El apellido de Joseph, Schreiber, en alemán significa "escritor", probablemente refiriéndose a su profesión de periodista y por escribir el Diario rojo.