Una profesora venía a clase embutida en cueros, minifaldas, botas de tacón de aguja hasta la cintura, de vinilo al más puro estilo "bondage", e incluso encorsetada. Al terminar el instituto, toda la clase fuimos a cenar y a pasarlo bien en unas carpas cercanas, clásica despedida pre-universidad.
Bien, en dichas carpas nuestra profesora de inglés no se cortó un pelo en hincarse a saber cuantos cubatas, invitar a chupitos a todos los chicos (pre-uni,~17años de media), y fregarse fogosamente en la pista de baile con todos nosotros. Y corrían rumores sobre reuniones personales para evaluar a alumnos en su despacho. Ya sé que de lo que oigas cree la mitad, pero cuando el río suena...
La noche acabó entre risas y ella llevándose a alumnos "a casa" (espero) en su coche; ahora es una historia suculenta para llenar silencios en cenas de ex alumnos.
Ahora, imaginemos cambiando los sexos de los implicados, a ver si hubiese acabado de la misma manera la historia.
Pero eh: "cómete a un yogurín", como decían en el anuncio.