rethen escribió:A ver, es muy fácil decir que eres comunista cuando no has estado remotamente cerca de un país que ha estado remotamente cerca de ser comunista.
Los pisos gigantes y coches clónicos sin alma ni espacio, la uniformidad física, las terribles historias de "me designaron vivir ahí y ahí viví y trabajé aunque no me gustara"... Al final el comunismo idealista está guay y cuando eres joven mola, porque ligas mucho con él, pero luego ves los estragos que ha causado... Y mira, no. Y encima como digas algo contra el régimen, tiro y cuneta.
Yo no quiero que alguien tire una moneda y decida cómo voy a vivir mi vida.
El comunismo, al igual que el que se identifica como fascista, neonazi, etc… Se cura leyendo y viajando. Hablando con gente que vivía en la RDA por ejemplo como una exnovia que tuve hace años. 18 años de espera para que te dieran un Trabant (a no ser que fueses un alto cargo del partido claro), los pisos…. Jajajaja en fin, esta chica vivía en uno en Friedrichshain de época comunista. Evidentemente todos reformados por las lamentables calidades utilizadas aunque lo que no podían esconder era lo enanos que son. La cocina… Cabías lo justo entre los fuegos y la pared, el baño lo mismo y ahí asignaban a familias enteras! Y eso que ella lo alquiló a los años, ya reformado. Por la calle, quien haya estado en Berlin, se percatará de los oscura que es de noche la parte este, pues ni siquiera había prácticamente alumbrado público. Ah! Y lo que “parecen” torres de vigilancia, que alguna queda aún a modo de recordatorio de que, en efecto, servían para vigilar y coser a tiros a los pobres diablos que trataban de cruzar al oeste. Muertos de hambre, pobres y víctimas de la Stasi, que te metía en la cárcel por, por poner un ejemplo, escuchar música “capitalista” o vestir o peinarte de un modo que no era el adecuado para un buen socialista. Eso en Europa, hasta 1989! Si queréis entramos a discutir el Holomodor, los Khmeres Rojos, las purgas de Stalin, los tanques en la plaza Wenceslao de Praha acribillando estudiantes, la entrada de los soviéticos en Polonia… No ha habido ideología más asesina ni más represiva jamás, o por lo menos que haya perdurado tanto en el tiempo. Hay que salir de casa, viajar, investigar… Y todas estas cosas, al igual que a los fascistas, se acaban curando.