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En efecto, lo que hemos conocido como globalización neoliberal ha provocado transformaciones muy profundas en la estructura productiva y social de las sociedades occidentales. Y ello ha producido una nueva división: entre ganadores y perdedores de la globalización
En España la campaña electoral estadounidense se ha podido seguir con notable dificultad. Es verdad que no han faltado minutos de atención mediática, pero sí ha faltado situar bien el foco. La mayoría de los medios de comunicación se han centrado, día tras día, en los aspectos más espectaculares y llamativos, tales como el uso ofensivo del lenguaje de Trump, más que en el aspecto sustantivo, como las propuestas económicas que ofrecían ambos candidatos. En la hipermodernidad, como la define con buen criterio Gilles Lipovetsky, lo que más llama la atención no es siempre lo más importante. Y en esas condiciones es ciertamente complicado hacerse una idea del por qué un multimillonario machista, xenófobo y engreído ha podido vencer en la contienda electoral.
Durante toda la campaña electoral, Donald Trump ha centrado su discurso en atacar al establishment político como responsable de la corrupción, de poner el dinero del pueblo americano en los bolsillos de las grandes empresas y de aprobar tratados internacionales que destruyen fábricas y empleos y deslocalizan el aparato productivo y la fuente de riqueza del país. En suma, de empeorar la vida de la clase trabajadora de Estados Unidos. Esta terminología que acabo de usar está literalmente extraída de sus discursos; no es una adaptación al gusto. En efecto, D. Trump no es un neoliberal al uso. No es Ronald Reagan, por decirlo así, y por eso un dirigente republicano como George Bush anunció no haberle votado. Si tuviéramos que encontrar alguna similitud tendríamos que retrotraernos al fascismo corporativista de los años veinte y treinta del siglo XX. Pero aun así, la duda asalta: ¿por qué ha ganado?
Sin duda las transformaciones económicas de las últimas décadas nos permiten entender mejor este fenómeno que, sin embargo, no es el único (el Brexit pero sobre todo el auge de la extrema derecha en Europa son fenómenos muy relacionados). En efecto, lo que hemos conocido como globalización neoliberal ha provocado transformaciones muy profundas en la estructura productiva y social de las sociedades occidentales. Esta globalización ha consistido, en general, en más competencia económica, cultural y política. Y ello ha producido una nueva división: entre ganadores y perdedores de la globalización.
Lo que ha ido quedando atrás ha sido el modelo keynesiano, con su Estado social o del Bienestar. En él los trabajadores y las empresas construían sus vidas en un entorno de certezas y de protección estatal, con una economía mundial altamente regulada en sus niveles financieros y productivos. Las reformas iniciadas desde los años setenta y ochenta catalizaron las transformaciones económicas, llevando a un incremento de la competencia en todos los niveles. La vida y el trabajo estable daba lugar a un contexto donde el concepto dominante es la flexibilidad. Vidas y trabajos cada vez más precarios, inestables, inciertos… ¡Hasta el carácter se corroe, como nos recuerda Richard Sennet!
Pero eso no ha afectado a todo el mundo por igual. Por ejemplo, las empresas y trabajadores cualificados más expuestos a la globalización han salido ganando porque han visto incrementar su mercado y posibilidades, mientras que las empresas y trabajadores cualificados otrora no expuestos a la globalización o los trabajadores no cualificados en general han sido duramente afectados como perdedores de la globalización. En el caso de estos últimos, con mucha dureza debido a la fuerte presión competitiva y al fracaso del llamado ascensor social –la posibilidad que tienen los nacidos en un estrato social bajo de aspirar a mejores puestos de trabajo y remuneraciones. Estos fenómenos se han dado en todo el mundo, en mayor o menor grado, pero han variado según las singularidades de cada país.
Ya de una forma relativamente temprana, en 2008, Hanspeter Kriesi y otros autores (West european politics in the age of globalization) supieron ver que estos fenómenos acabarían llevándose por delante el sistema de partidos en todos los países occidentales. Según ellos la paradoja política de la globalización estribaba en que aunque la causa sea global, la solución tiende a articularse a nivel nacional y en forma de cambios radicales en el seno de los partidos o, más probablemente, en nuevos partidos que aprovechan una «ventana de oportunidad» (en efecto, el concepto era ya ese). Según ellos los fenómenos económicos y sociales que se situaban al margen de los partidos –como la globalización- los obligarían a reconfigurarse en nuevas formas y relaciones y en torno a nuevos problemas vinculados a la división entre ganadores y perdedores de la globalización.
Por eso cabe descartar los análisis simplistas, vengan de donde vengan. No se trata de una simple pugna entre partidarios del libre mercado y partidarios del proteccionismo como tampoco lo es entre capitalistas y trabajadores, religiosos y ateos o nacionalistas y cosmopolitas. Hay un poco de todo, y requiere análisis serio. Por ejemplo, no es cierto que la clase trabajadora estadounidense haya votado en masa a Trump, porque entre otras cosas también los latinos y los negros son en gran medida clase trabajadora. Pero sí es cierto que el discurso de Trump ha tenido una conexión esencial con el mundo blanco del trabajo, el más afectado por la globalización neoliberal, y de donde ha extraído millones de votos. Pero ojo, no sólo se trata del mundo del trabajo puesto que también las grandes empresas otrora protegidas y ahora expuestas al mercado internacional están en las mismas posiciones. El caso de la empresa textil New Balance, cuyas zapatillas se han convertido para los anti-Trump en objetivo político, es representativo. Hay pocos sectores más interesados que el textil (empresarios y trabajadores) en reducir la competencia económica internacional con nuevas formas de proteccionismo económico.
Ahora bien, lo que tienen en común los quema-zapatillas y los analistas liberales es su falta de comprensión, cuando no directamente de desprecio, hacia la realidad de la clase trabajadora. Quizás revele una suerte de elitismo, o quizá de ignorancia, pero ese es, en efecto, el principal problema de la izquierda ante fenómenos como los que estamos viviendo.
Analistas liberales como Dani Rodrik han reconocido este hecho también desde muy temprano, sugiriendo que una globalización no regulada tendría como consecuencia directa el crecimiento de la rabia y la frustración social. No hace falta que me detenga en la obra completa de un pensador que es, subrayo de nuevo, liberal. En resumen, Rodrik ha insistido en que estas fuerzas desatadas serían incontrolables política y socialmente, y ha culpado directamente a la izquierda de no estar a la altura. Creo que, en este punto, tiene razón. También en los últimos días la socióloga Eva Illouz ha abundado en esta hipótesis. Según ella la llamada nueva izquierda se dedicó a temas importantes –imprescindibles, diría yo- como las nuevas demandas civiles de las minorías y del feminismo y ecologismo pero a costa de abandonar a los segmentos más desprotegidos de la clase trabajadora. Al cabo de un tiempo ésta parecía tener comportamientos inentendibles para una izquierda que, en suma, se había hecho élite. Esta denuncia es, a mi juicio, también correcta. Y es coherente tanto con la tesis de Ronald Inglehart sobre la desmaterialización de la izquierda (despreocupada cada vez más de las cuestiones materiales) como con la tesis de Owen Jones acerca del abandono que la izquierda ha sometido a los estratos sociales más bajos, los llamados chavs.
Nuestro país tiene una singularidad adicional, muy vinculada a la transición. A pesar de tener a uno de los movimientos obreros más fuertes de Europa, en España la izquierda abandonó en los setenta la prioridad de construir alternativa en el tejido social. En efecto, Santiago Carrillo desmontó la estructura organizativa del Partido Comunista y que hasta entonces se articulaba sectorialmente y con una fuerte presencia en los barrios populares. En su lugar dejó una organización estructurada en paralelo a las circunscripciones electorales, de tal modo que el mensaje era claro: lo importante eran las instituciones, esto es, presentarse con éxito a las elecciones. En aquellos años se sentaron las bases de una izquierda institucionalizada, dedicada casi en exclusiva a la gestión, y cada vez más desconectada de la realidad concreta de la clase trabajadora. Una clase que, además, se fragmentaba cada vez más como consecuencia de las reformas neoliberales de los gobiernos de los 70s y 80s. La izquierda, como estrategia, tendía a refugiarse en universidades e instituciones políticas. Mientras la realidad, por decirlo así, caminaba por otra parte. Naturalmente miles y miles de militantes mantuvieron su conexión con la realidad del pueblo y de la clase, y gracias a eso es por lo que aún existe izquierda digna de tal nombre en nuestro país.
En estos días nos han dicho que desde Unidos Podemos somos igual que Trump. Es radicalmente falso, y más aún en este punto. Desgraciadamente estamos lejos de llegar a la clase trabajadora realmente existente (y con este realmente existente pretendo desvincular la realidad material de la clase con la liturgia que acompaña todo llamamiento a la clase; ¡como si decir clase cien veces nos hiciera clase o acaso marxistas!). Alguno podría pensar que todo comenzó con la transición, pero no es cierto: el problema venía de muy atrás. En realidad, la izquierda nunca ha representado del todo bien a la clase que dice representar. Todos los datos empíricos señalan la profunda brecha que separa a la izquierda europea de la clase trabajadora (en cualquiera de sus acepciones, estrecha o amplia). Hay una fuerte relación entre los trabajadores que tienen conciencia de clase, esto es, los que ideológicamente se sitúan en la izquierda; pero la gran masa de trabajadores o bien pasa de la política o bien vota a la derecha. Y esto era tan aplicable al PCE de los ochenta como a Podemos o IU del 2014.
En nuestra España actual la cosa sigue igual. Aún hoy el 21,2% de las personas desempleadas vota al PP o Ciudadanos, el 11,7% al PSOE y el 18,7% no vota. Nuestro espacio político, Unidos Podemos, recoge el 13,4% de voto del conjunto de desempleados. Otro dato para la retina: el 20% de los votantes de Ciudadanos carece de ingresos. Podríamos abundar en otros datos, pero la sangre brota de la herida ya de forma suficiente.
La solución, en breve, no es representar al pueblo. Es ser pueblo. La solución no es que desde púlpitos acreditados, y tras debates escolásticos dignos de la autocomplacencia más pija, se propongan recetas mágicas para el juego de la representación institucional. La única forma posible de evitar la barbarie, sea en la forma de Trump, LePen o cualquier otra, es descender del reino de los cielos al reino más mundano de la vida cotidiana. Nuestro objetivo es convertirnos en conflicto, que es la cristalización de las contradicciones del sistema y de la globalización, y autoprotegernos y autoorganizarnos como clase, como víctimas de la crisis. La clase se expresa también en nuevas fórmulas discursivas y de tono, de la misma forma que tiene otras manifestaciones culturales que van más allá del indie y de la tribu hipster. Nuestra clase no son sólo los trabajadores de cuello azul, sino también las mujeres que realizan trabajos de cuidados sin remunerar o los jóvenes habituados a las nuevas tecnologías pero no al empleo. Por citar algunos ejemplos concretos. Todos ellos, todos nosotros, exigimos una izquierda a la altura del momento histórico. Unidad, organización y, sobre todo, praxis. Sin filosofía de la praxis seremos todos unos pijos sin utilidad.
dani_el escribió:Dudo a horrores que Podemos deje de apoyar a inmigrantes y mujeres. Pero mucho.
Realmente yo creo que es hora de dejar de ver como culpable de las desgracias del mundo a la corrupción o de anhelar volver a la burbuja de Aznar. Que lo que hay que hacer es identificar al enemigo real, el capitalismo, y cargar contra el mismo.
dani_el escribió:Dudo a horrores que Podemos deje de apoyar a inmigrantes y mujeres. Pero mucho.
Realmente yo creo que es hora de dejar de ver como culpable de las desgracias del mundo a la corrupción o de anhelar volver a la burbuja de Aznar. Que lo que hay que hacer es identificar al enemigo real, el capitalismo, y cargar contra el mismo.
dani_el escribió:Dudo a horrores que Podemos deje de apoyar a inmigrantes y mujeres. Pero mucho.
Realmente yo creo que es hora de dejar de ver como culpable de las desgracias del mundo a la corrupción o de anhelar volver a la burbuja de Aznar. Que lo que hay que hacer es identificar al enemigo real, el capitalismo, y cargar contra el mismo.
dark_hunter escribió:dani_el escribió:Dudo a horrores que Podemos deje de apoyar a inmigrantes y mujeres. Pero mucho.
Realmente yo creo que es hora de dejar de ver como culpable de las desgracias del mundo a la corrupción o de anhelar volver a la burbuja de Aznar. Que lo que hay que hacer es identificar al enemigo real, el capitalismo, y cargar contra el mismo.
Es que no dice eso en ningún momento, dice que por centrarse en defender a minorías, feminismo y ecologismo (temas importantes para Garzón) se ha olvidado sus orígenes, que es defender la clase trabajadora.
Por eso cabe descartar los análisis simplistas, vengan de donde vengan. No se trata de una simple pugna entre partidarios del libre mercado y partidarios del proteccionismo como tampoco lo es entre capitalistas y trabajadores, religiosos y ateos o nacionalistas y cosmopolitas.
Troy_McClure escribió:Tiene gracia que esto lo diga un tipo que en los últimos tiempos, para salvar su espacio político, se ha convertido en una marioneta de todos esos -ismos progres y casi solo habla para denunciar el heteropatriarcado y tal. Pero si Garzón ha conseguido abrir los ojos y ver que el camino es otro pues bienvenido sea. Y si consigue que Unidos Podemos camine por esa senda y se deje de gilipollismos encontrarán un votante más convencido en mi.
Eso sí, también me hace gracia que el que le abra los ojos sea Donald Trump y no Julio Anguita, que ya venía diciendo frases como esta: "Insúlteme usted si quiere pero no me llame progre. La progresía es, ni más ni menos, que el sumidero por donde se han ido las ideas de la izquierda. La progresía es quedarse en la reforma de una serie de aspectos sociales, como los matrimonios homosexuales o las medidas de discriminación positiva de la mujer, mientras que se deja intacta una realidad económica injusta. El progre es un esnob, un tipo de izquierda en los salones, pero que no quiere darse cuenta de que la vida es muy dura".
Ahora, que no tengo yo tan claro que en España vayan a ganar más votos así. Perderán muchos votos de toda esa patulea a la que lo que le pone es ir de progre, ir con el partido del feminismo, de los gays, de lo multirracial, etc... Reconozcámoslo, una gran parte de la izquierda lo es solamente por apariencias. Si les quitas eso del primer plano, los pierdes. Especialmente en los sectores más jóvenes (que es su trinchera), que no votan tanto por programas económicos sino por eslóganes guays.
Garranegra escribió:@dani_el Mas que apoyar el feminismo, la izquierda esta apoyando el feminazismo, y eso menos igualdad es cualquier cosa
https://www.youtube.com/watch?v=ZfzoDN3rFBk
dani_el escribió:Garranegra escribió:@dani_el Mas que apoyar el feminismo, la izquierda esta apoyando el feminazismo, y eso menos igualdad es cualquier cosa
https://www.youtube.com/watch?v=ZfzoDN3rFBk
¿Decir que existe el patriarcado es feminazismo?
Pues soy un feminazi radical, y con orgullo. Vamos tiene toda la razon, neoliberalism y machismo siempre han ido de la manita. Al fin de al cabo es el sistema de un pequeño grupo de hombres blancos que intentan mantener sus fortunas.
Garranegra escribió:dani_el escribió:Garranegra escribió:@dani_el Mas que apoyar el feminismo, la izquierda esta apoyando el feminazismo, y eso menos igualdad es cualquier cosa
https://www.youtube.com/watch?v=ZfzoDN3rFBk
¿Decir que existe el patriarcado es feminazismo?
Pues soy un feminazi radical, y con orgullo. Vamos tiene toda la razon, neoliberalism y machismo siempre han ido de la manita. Al fin de al cabo es el sistema de un pequeño grupo de hombres blancos que intentan mantener sus fortunas.
El patriarcado existe en algunas comunidades, en Euskadi lo que marca es el matriarcado en los pueblos
Si te parece bien, discriminar a personas por su sexo, poniendo leyes claramente discriminatorias, poco mas puede discutir contigo
Garranegra escribió:@dani_el Lo siento, pero esas medidas para el empleo, son políticas de guardería.
Solo se aplican subidas salariales, sin tener en cuenta el estado de nuestra economía, y sin presentar ninguna medida económica, para reactivar la economía.
Esas políticas, no son validas, para la gente que se esta quedando sin empleos? y tampoco son validas, para sectores, donde la competencia es tan brutal, que imposibilita la aplicación de las mismas.
Ashdown escribió:Pues hala, si ya sabe que ha cometido un daño irreparable a la izquierda, que se pegue un puto tiro o algo y deje de dar por culo con el heteropatriarcado.
@renuente qué se siente cuando tu estrella polar te deja con el culo al aire?
dani_el escribió:Ashdown escribió:Pues hala, si ya sabe que ha cometido un daño irreparable a la izquierda, que se pegue un puto tiro o algo y deje de dar por culo con el heteropatriarcado.
@renuente qué se siente cuando tu estrella polar te deja con el culo al aire?
¿Sabes que lleva escribiendo esto desde hace minimo 5 años (creo que es lo mas antiguo que he leido suyo).?
Y no, no quiere decir lo que algunos han intentado creer que dice agarrandose a un clavo ardiendo
De hecho por izquierda pija se referiría más a ti (que reniegas del feminismo y que odias a los inmigrantes) que a si mismo.
Ashdown escribió:dani_el escribió:Ashdown escribió:Pues hala, si ya sabe que ha cometido un daño irreparable a la izquierda, que se pegue un puto tiro o algo y deje de dar por culo con el heteropatriarcado.
@renuente qué se siente cuando tu estrella polar te deja con el culo al aire?
¿Sabes que lleva escribiendo esto desde hace minimo 5 años (creo que es lo mas antiguo que he leido suyo).?
Y no, no quiere decir lo que algunos han intentado creer que dice agarrandose a un clavo ardiendo
De hecho por izquierda pija se referiría más a ti (que reniegas del feminismo y que odias a los inmigrantes) que a si mismo.
¿Sabes que soy inmigrante?
dani_el escribió:¿Inmigrante en cataluña desde caceres o algo asi? Lo mismito que llegar en patera desde marruecos.
Yo me acuerdo de las frases como: "los sorianos planchabragas os comen la cabeza para que améis a los moros".
Ashdown escribió:dani_el escribió:¿Inmigrante en cataluña desde caceres o algo asi? Lo mismito que llegar en patera desde marruecos.
Yo me acuerdo de las frases como: "los sorianos planchabragas os comen la cabeza para que améis a los moros".
Es igual, déjalo. Encuentra la frase esta entrecomillada, anda, que las comillas implican literalidad.
Por cierto, un tal George Soros os ha dejado a la verdadera izquierda correcta, progresista, feminista. integradora y tal con el culo al aire. ¿Qué se siente cuando descubres que eres su peón?
dani_el escribió:Ashdown escribió:dani_el escribió:¿Inmigrante en cataluña desde caceres o algo asi? Lo mismito que llegar en patera desde marruecos.
Yo me acuerdo de las frases como: "los sorianos planchabragas os comen la cabeza para que améis a los moros".
Es igual, déjalo. Encuentra la frase esta entrecomillada, anda, que las comillas implican literalidad.Por cierto, un tal George Soros os ha dejado a la verdadera izquierda correcta, progresista, feminista. integradora y tal con el culo al aire. ¿Qué se siente cuando descubres que eres su peón?
Que todos sabemos de que pie cojea cada uno.
Lo que me sorprende es que creyeras por un segundo que el ""planchabragas"" de Garzon insinuara que hay que dejar de ser feminista. Sería tan inusual como encontrarte a ti diciendo que hay que abrazar el feminismo.
dani_el escribió:Dudo a horrores que Podemos deje de apoyar a inmigrantes y mujeres. Pero mucho.
Realmente yo creo que es hora de dejar de ver como culpable de las desgracias del mundo a la corrupción o de anhelar volver a la burbuja de Aznar. Que lo que hay que hacer es identificar al enemigo real, el capitalismo, y cargar contra el mismo.
Ashdown escribió:Pues hala, si ya sabe que ha cometido un daño irreparable a la izquierda, que se pegue un puto tiro o algo y deje de dar por culo con el heteropatriarcado.
@renuente qué se siente cuando tu estrella polar te deja con el culo al aire?
dani_el escribió:Troy_McClure escribió:Tiene gracia que esto lo diga un tipo que en los últimos tiempos, para salvar su espacio político, se ha convertido en una marioneta de todos esos -ismos progres y casi solo habla para denunciar el heteropatriarcado y tal. Pero si Garzón ha conseguido abrir los ojos y ver que el camino es otro pues bienvenido sea. Y si consigue que Unidos Podemos camine por esa senda y se deje de gilipollismos encontrarán un votante más convencido en mi.
Eso sí, también me hace gracia que el que le abra los ojos sea Donald Trump y no Julio Anguita, que ya venía diciendo frases como esta: "Insúlteme usted si quiere pero no me llame progre. La progresía es, ni más ni menos, que el sumidero por donde se han ido las ideas de la izquierda. La progresía es quedarse en la reforma de una serie de aspectos sociales, como los matrimonios homosexuales o las medidas de discriminación positiva de la mujer, mientras que se deja intacta una realidad económica injusta. El progre es un esnob, un tipo de izquierda en los salones, pero que no quiere darse cuenta de que la vida es muy dura".
Ahora, que no tengo yo tan claro que en España vayan a ganar más votos así. Perderán muchos votos de toda esa patulea a la que lo que le pone es ir de progre, ir con el partido del feminismo, de los gays, de lo multirracial, etc... Reconozcámoslo, una gran parte de la izquierda lo es solamente por apariencias. Si les quitas eso del primer plano, los pierdes. Especialmente en los sectores más jóvenes (que es su trinchera), que no votan tanto por programas económicos sino por eslóganes guays.
A lo mejor el problema esta en quien ve un problema en esos progresismos. Cuando en ningún momento se esta diciendo que el feminismo o la libertad sexual sean malas. Se dice que no son el centro de la cuestion, que son parte de una lucha más grande. Por eso en ningún momento habla de abandonar esos temas. Y desde luego esto no es un cambio de discurso, solo dice lo que lleva diciendo años y años. Si no te lo crees puedes leer los libros de Alberto Garzon y ver que esto podría estar perfectamente sacado de los mismos. Es una de las cuestiones que comenta, la división, y el hecho de que alguien se plantee "no voy a votar a Unidos Podemos porque no quiero ir con las feminazis esas" es una desgracia, no porque podemos este con el feminismo, sino por la persona que se plantea que su división con el feminismo es más importante que su bienestar y el de su sociedad.
Es uno de los problemas que ha tenido siempre la izquierda, es que la prensa neoliberal se los ha comido vivos, y les intenta ridiculizar escondiendo su autentico mensaje, que siempre ha estado ahí. Por más que solo lo veas ahora en una columna de opinión. Que no lo hayas visto hasta ahora no es ni siquiera tu problema, es problema de como funciona la difusión de la información.
Pero vamos, en ningún momento se esta hablando de dejar de defender el feminismo, o a las minorías. Siguen siendo tan parte de la lucha como siempre.
Acasa escribió:Tendría que decir "Adiós a la Izquierda en general"...
dani_el escribió:dark_hunter escribió:dani_el escribió:Dudo a horrores que Podemos deje de apoyar a inmigrantes y mujeres. Pero mucho.
Realmente yo creo que es hora de dejar de ver como culpable de las desgracias del mundo a la corrupción o de anhelar volver a la burbuja de Aznar. Que lo que hay que hacer es identificar al enemigo real, el capitalismo, y cargar contra el mismo.
Es que no dice eso en ningún momento, dice que por centrarse en defender a minorías, feminismo y ecologismo (temas importantes para Garzón) se ha olvidado sus orígenes, que es defender la clase trabajadora.
Pero si se tira todo el texto hablando de que el problema es la globalizacion y el neoliberalismo.
Esta frase para mi puede resumir toda la primera parte de lo que dice:Por eso cabe descartar los análisis simplistas, vengan de donde vengan. No se trata de una simple pugna entre partidarios del libre mercado y partidarios del proteccionismo como tampoco lo es entre capitalistas y trabajadores, religiosos y ateos o nacionalistas y cosmopolitas.
De lo de "centrarse en minorías" lo comenta tangencialmente como ejemplo, no me parece el centro de lo que quiere decir.
dark_hunter escribió:A mí tampoco. Lo cual no quita que lo ha dicho, y no de forma ambigua, concretamente cita a una mujer que dice que la izquierda se ha centrado en cosas importantes (tanto para ella como para Garzón, muy importantes) como las peticiones de las minorías, feminismo y ecologismo y han descuidado a los más perjudicados de la clase trabajadora. Garzón afirma que coincide con ese análisis, poco queda a la interpretación.
dani_el escribió:dark_hunter escribió:A mí tampoco. Lo cual no quita que lo ha dicho, y no de forma ambigua, concretamente cita a una mujer que dice que la izquierda se ha centrado en cosas importantes (tanto para ella como para Garzón, muy importantes) como las peticiones de las minorías, feminismo y ecologismo y han descuidado a los más perjudicados de la clase trabajadora. Garzón afirma que coincide con ese análisis, poco queda a la interpretación.
Precisamente, dice que TODO es importante, en ningún momento dice que haya que abandonar unos temas en favor de otros. Ni que haya que parecerse a Trump y empezar a soltar discursos racistas y machistas.
Dice, básicamente, que las clases populares se encuentran divididas y que la izquierda (que debería representarles) no representa a lo que seria la mayoría trabajadora. Aqui tienes ya un problema doble: una clase obrera a la que el capitalismo ha arrebatado su conciencia obrera y una izquierda que no ha sabido hacerse querer por los trabajadores.
Lo que no se yo es cuanto hay que estar en contra del feminismo o del multiculturalismo para leer ahí que Garzon reniega de ellos
dark_hunter escribió:dani_el escribió:dark_hunter escribió:A mí tampoco. Lo cual no quita que lo ha dicho, y no de forma ambigua, concretamente cita a una mujer que dice que la izquierda se ha centrado en cosas importantes (tanto para ella como para Garzón, muy importantes) como las peticiones de las minorías, feminismo y ecologismo y han descuidado a los más perjudicados de la clase trabajadora. Garzón afirma que coincide con ese análisis, poco queda a la interpretación.
Precisamente, dice que TODO es importante, en ningún momento dice que haya que abandonar unos temas en favor de otros. Ni que haya que parecerse a Trump y empezar a soltar discursos racistas y machistas.
Dice, básicamente, que las clases populares se encuentran divididas y que la izquierda (que debería representarles) no representa a lo que seria la mayoría trabajadora. Aqui tienes ya un problema doble: una clase obrera a la que el capitalismo ha arrebatado su conciencia obrera y una izquierda que no ha sabido hacerse querer por los trabajadores.
Lo que no se yo es cuanto hay que estar en contra del feminismo o del multiculturalismo para leer ahí que Garzon reniega de ellos
Casi tanto como a favor del feminismo y multiculturalismo para leer en mi mensaje que Garzón reniega de ellos. Mira que he remarcado lo de que le parecen temas muy importantes. Y lo del segundo párrafo es justo lo que llevo diciendo desde mi primer mensaje.
dani_el escribió:Yo creo que viene de identificar "izquierda pija" con feminismo o ecologismo. Cuando con izquierda pija creo que se refiere más al tema de "somos la nueva politica, venimos a acabar con la corrupcion y ya está", y buscar una izquierda seria que sería básicamente una izquierda comunista.
La solución, en breve, no es representar al pueblo. Es ser pueblo. La solución no es que desde púlpitos acreditados, y tras debates escolásticos dignos de la autocomplacencia más pija, se propongan recetas mágicas para el juego de la representación institucional. La única forma posible de evitar la barbarie, sea en la forma de Trump, LePen o cualquier otra, es descender del reino de los cielos al reino más mundano de la vida cotidiana. Nuestro objetivo es convertirnos en conflicto, que es la cristalización de las contradicciones del sistema y de la globalización, y autoprotegernos y autoorganizarnos como clase, como víctimas de la crisis. La clase se expresa también en nuevas fórmulas discursivas y de tono, de la misma forma que tiene otras manifestaciones culturales que van más allá del indie y de la tribu hipster. Nuestra clase no son sólo los trabajadores de cuello azul, sino también las mujeres que realizan trabajos de cuidados sin remunerar o los jóvenes habituados a las nuevas tecnologías pero no al empleo. Por citar algunos ejemplos concretos. Todos ellos, todos nosotros, exigimos una izquierda a la altura del momento histórico. Unidad, organización y, sobre todo, praxis. Sin filosofía de la praxis seremos todos unos pijos sin utilidad.
Ashdown escribió:@dani_el sigues con un discurso polarizado. Como la hiena Garzón. Él al menos ha tenido el valor de admitir el error. Te toca copiarle. Cuando lo hagas aquí estará la izquierda obrera de la que habla, pero Garzón está quemado y pasará a la historia metido en el lodazal que él mismo ha creado con todos los femipijos, homopijos, ecopijos y demás izquierda que no ha doblado en su puta vida el lomo, que no sabe lo que son 8 horas apretando tornillos o 14 en la oficina. Sigue removiendo el barro, que le va de coña a la izquierda hundiéndose en él. Y deja de mirar al capitalismo como el destructor de la izquierda, que se basta bastante solita para hacerlo.