Rokzo escribió:Una pregunta a ver si alguien la sabe porque buscando he visto varias versiones. ¿Cómo desapareció Gabriel? ¿Se supone que estaba cona abuela y la supuesta asesina y él desapareció sin más? ¿La abuela no escuchó ni vio nada? Es que el momento en el que desaparece es lo que mas me chirría.
¿Ella es capaz de, matarlo, salir, esconder el cuerpo en el pozo, volver y aparentar normalidad y todo sin quea abuela vea nada? Me resulta muy chocante como digo.
El pasado 27 de febrero, entre las 15.30 y las 15.45 horas de la tarde, Gabriel, el hijo del novio de Ana Julia, salió de la casa de su abuela en Las Hortichuelas. Al día siguiente era festivo en Andalucía. Se celebraba el día de la comunidad. Como era puente en Almería, a Ángel David le tocaba tener al pequeño durante esos días. Ana Julia estaba con ellos.
Por la mañana, cuando el niño despertó, Ana Julia lo vistió con una sudadera roja y un pantalón azul con rayas blancas a los lados. El padre del menor se marchó a trabajar a Almería pero volvió para comer. Tiene un empleo en una compañía de construcción como técnico en control de calidad.
Durante la mayor parte de la mañana del martes 27 de febrero, Gabriel estuvo jugando en la casa de los nietos de una prima hermana de su abuela. La vivienda de campo de Carmen, la yaya de Gabriel, está a cien metros de la residencia de su prima hermana, Rosa. Están unidas por un estrecho camino de tierra flanqueado por dos postes de la luz, uno de ellos de madera.
Sobre la una de la tarde de aquel día, Rosa le dijo a sus dos nietos que acompañasen a Gabriel a llevarle a su abuela la barra de pan que le había pedido un rato antes. Así lo hicieron. Cuando hizo el mandado, Gabriel se quedó en casa de su abuela. Sus dos amigos, que son hermanos -un niño y una niña- se volvieron a su residencia.
Antes de comer, Gabriel, su padre, su abuela y Ana Julia fueron en coche a hacer unas compras desde Las Hortichuelas hasta Campohermoso, a 13,5 kilómetros de distancia, cuenta la propia Rosa, la prima hermana de la yaya del niño. Volvieron a casa en torno a las 14.30 horas. Tras almorzar, el padre de Gabriel se marchó de nuevo al trabajo.
Un rato después, entre las 15.30 y las 15.45, el niño le pidió a su abuela volver a marcharse con aquellos dos amigos con los que había estado por la mañana. Carmen accedió, aunque a regañadientes. Pensaba que su nieto podría molestar a Rosa y a su marido porque era la hora de la siesta. Al final, acabó dejando ir a Gabriel.
Carmen vio salir a su nieto por la verja de hierro de su chalet y, desde la valla que perimetra su propiedad, miró cómo se iba a paso ligero hasta la otra casa. Carmen lo divisó hasta llegar la altura del poste de luz de madera que hay en el camino de tierra.
Cuando el niño dio unos pasos más, su abuela dejó de verlo porque el camino toma un recodo. A Gabriel le faltaban apenas 25 metros, quizás menos, para llegar a su destino. El niño se esfumó en ese tramo del recorrido que había hecho antes centenares de veces. La mayoría, corriendo.
Sobre las seis de la tarde de ese día, Carmen fue a por su nieto a la casa de su prima hermana. Era la hora de merendar y el chiquillo no había vuelto. Rosa le dijo que allí no había estado. Carmen no se extrañó. Pensó que estaría en la casa de algún que otro vecino con niños pequeños. Preguntó por él en dos de ellas. Ni rastro de él.
Entre las 19.30 y las 20 horas, la familia de Gabriel denunció la desaparición del niño. Ángel David llamó a su ex, Patricia, para contarle que el hijo que ambos tienen en común se había extraviado.
Sólo falta por saber lo que sucedió en esos últimos 25 metros en los que la abuela perdió de vista al pequeño y los movimientos de la malnacida...