Depende. Si la alternativa es no poner límites ni disciplina a los niños, malcriándolos y dejando que se salgan con la suya, pues prefiero el cachete en el culo. La disciplina es necesaria en la educación y si el cachete es el único método que alguien sabe emplear para mostrarse firme, pues lo prefiero a que no exista disciplina ni educación alguna.
Pero si se sabe educar sin tener que recurrir al castigo físico, lo veo preferible.
No creo que ningún niño pille un trauma por un azote flojo en el trasero, pero tampoco creo que sea necesario. Es más importante poder dedicar tiempo al niño, corregir sus malas actitudes (no necesariamente con castigo físico), enseñarle las consecuencias de no respetar (y los beneficios de hacerlo), ser coherente con lo que se dice y lo que se hace, poner normas, etc. Si no se hace eso, de poco sirve el castigo físico (el niño se detendrá en ese momento concreto, pero volverá a hacer lo mismo si tiene oportunidad).
Y sí, hay mucha gente que ha recibido castigos físicos y son personas perfectamente normales. Pero que no me digan que son personas decentes gracias a ello, porque yo también lo soy y nunca me pusieron la mano encima. Quizá lo que habría que decir es que aquellos que han tenido unos padres que se han molestado en educarlos y no los han malcriado, se convierten en personas decentes. Independientemente de si en el proceso educativo se recibió un azote o no.
Por otro lado, si el cachete no es fuerte, realmente el niño que se detiene por ello es porque capta que ha sobrepasado los límites y no le vas a consentir que siga así, no por el dolor que le produce el golpe. Así que el cachete es simbólico y realmente se puede conseguir lo mismo sin él. Si es lo suficientemente fuerte como para que duela y es el dolor lo que hace que el niño se detenga... entonces no lo comparto, no me gusta que el respeto se tenga que ganar mediante el miedo a recibir un castigo doloroso.
Sobre todo, lo más importante es no ceder ante las pataletas de los críos. Si el crío llora porque no le compras lo que quiere, que llore. Ya se cansará. Cuando vea que no se lo vas a comprar por muchos berrinches que se pille, dejará de hacerlo. Porque con eso lo que buscan es que se les haga caso, si lloran y patalean es porque saben que así atraen nuestra atención (y en muchos casos, hasta se les compra lo que quieren). En esos casos no hay que darles explicaciones de por qué no le compras algo o intentar dialogar. Hay que ignorarlos por completo, que les quede claro que mientras estén montando un numerito no van a recibir atención. Pero claro, para eso se requiere paciencia y constancia, ya que no dejan de pillar berrinches de un día para otro.