Yo con el tiempo he aprendido que los entrenadores de librillo están sobrevalorados.
Y en fútbol son muy de eso. No tanto en basket, donde te encuentras con tíos como Don Pat Riley que te construye el equipo más ofensivo de la liga aquí y el más defensivo allá y con ambos gana, o como Tito Pop, que se adapta a los tiempos de la liga, jugando sucio y por la zona cuando era lo que te daba anillos y cambiando a un juego diametralmente opuesto cuando vio que era la nueva forma de ganar.
Me gustan los tíos que se adaptan a su plantilla, a los rivales y a los tiempos de su deporte. Tíos pragmáticos, tíos en los que confiar siempre. No tíos que solo ganan cuando se dan una serie de condicionantes, exigiendo superestrellas que se adapten a su librillo y si no tienen eso no ganan ni a la de tres (aka, el sobrevalorado Punxsutawney Phil). Los gurús caducan, todos. Pero los tíos pragmáticos siempre están ahí.